La CVNE (Compañía Vinícola del Norte de España) ha vuelto a abrir las puertas de su emblemática Nave II –un espacio centenario construido a finales del siglo XIX– en el arte contemporáneo, y esta vez lo hace con una pieza de Jaume Plensa que, hasta ahora, no se había expuesto. El artista catalán presenta A lo largo del día, una instalación de gran formato que se puede visitar en la histórica bodega del Barrio de la Estación de Haro hasta principios de 2026.
© James Sturcke
La obra consta de 24 gongs colgados, uno por cada hora del día, cada uno con una palabra en inglés grabada. El público es invitado a interactuar con ellos, a hacerles sonar y dejar que la vibración resuene por el cuerpo y por el espacio. Aunque Plensa suele asociarse a esculturas de rostros femeninos y encerrados en sí mismos, esta propuesta mantiene algunos de los elementos que le caracterizan. Los gongs, como las figuras, guardan un silencio cargado de significado, emanan una energía contenida que invita a la introspección. Son obras distintas, sí, pero animadas por una misma filosofía poética. Rocío Plana Freixas, historiadora del arte y conocedora de su obra, dice que “Plensa ha trabajado anteriormente con gongs en lugares vinculados al agua y los fluidos, y hay algo atávico en esta conexión”. En una bodega como ésta, rodeada de líquidos que también requieren tiempo y reposo, la pieza también encaja.
© James Sturcke
Tal y como explicaba el artista en una reciente entrevista en Vanidades, el proceso de selección de la obra no fue inmediato. "Cuando CVNE nos invitó a exponer, estuvimos muchos días, mucho tiempo, muchas semanas discutiendo cuál podría ser la obra más adecuada. María Urrutia -copropietaria y directora de marketing de la bodega- vino a vernos al estudio. Para nosotros, el mundo del vino era completamente desconocido. ¿No exponer en una bodega? ningún tiempo dijimos: bueno, ¿y por qué no? En realidad, estábamos a punto de descubrir que teníamos muchos puntos en común.”
Esta exposición se enmarca dentro del compromiso que CVNE mantiene con el arte contemporáneo desde hace años. En 2014 empezaron esta línea con El viento que no vemos, de Eduardo Chillida, y desde entonces han pasado por aquí nombres como Cristina Iglesias, Anthony Caro o Pablo Palazuelo. La idea es seguir construyendo un relato en el que el vino y el arte van de la mano. Según María Urrutia "para nosotros, el arte y el vino comparten un mismo lenguaje: el del tiempo, la transformación y la emoción". Y añade que "Plensa representa como nadie este diálogo profundo entre lo visible y lo invisible".
© James Sturcke