Al recurrir a formas funcionales tomadas de la vida cotidiana, Rehberger juega con el condicionamiento cultural y desmonta la supuesta frontera entre lo estético y lo utilitario. Su obra cuestiona de raíz qué esperamos —o qué creemos que está permitido— en una pieza de arte. Con Muchos se avergüenzan de sus cuerpos, muy pocos se avergüenzan de su mente, el artista vuelve a poner en jaque los límites de la autoría, la función y el estatus de lo artístico. Lo hace a través de estrategias materiales y conceptuales que ensanchan el campo de lo posible, abriendo territorios inesperados de reflexión y experiencia.
Tobias Rehberger abre temporada en el espacio de Pedro Cera de Madrid con Many feel ashamed of their bodies, very few feel ashamed of their minds el próximo 11 de septiembre, reconocido artista contemporáneo alemán cuya obra se mueve entre la escultura, la instalación, el diseño, la pintura y la arquitectura, y su obra se distingue por desdibujar los límites entre distintas disciplinas y transformar lo habitual en experiencias visuales y espaciales inesperadas, donde la percepción, la ambigüedad y la fugacidad se convierten en protagonistas.
La primera muestra individual del reconocido artista alemán en la sede madrileña de Pedro Cera reúne cuatro series que condensan inquietudes presentes en su camino creativo desde los inicios. Entre traducciones materiales y juegos de ambigüedad visual, las piezas —que transitan entre la pintura, la escultura, el textil y el vidrio— despliegan una exploración persistente de los lenguajes y los sistemas de representación.
En esta nueva serie pictórica, Rehberger parte de una reinterpretación del alfabeto latino para dar forma a un lenguaje visual abstracto, sustentado en un sistema único concebido por él mismo. Con ecos sutiles del Op Art cromático, sus composiciones se presentan primero como entramados de patrones geométricos y campos de color entrelazados. Pero, ocultas en esas estructuras, laten letras, palabras y acrónimos cifrados que se revelan a través de la organización espacial. De este modo, el artista crea una tensión calculada entre lo visible y lo legible, insistiendo en su interés por los códigos visuales y la manera en que estos construyen significado.