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‘La puerta del universo’ de Andreu Alfaro se alza ante la Fundación Bancaja
La familia de Alfaro entrega a Valencia una de sus esculturas de 1983 para su exhibición pública.
El escultor valenciano Andreu Alfaro vuelve a ocupar un lugar destacado en el paisaje urbano de Valencia. Desde hoy, su obra La puerta del universo se alza en la Plaza de Tetuán, frente al Centro de Arte Fundación Bancaja, que ha impulsado la instalación de esta pieza en el espacio público.
Obra creada en 1983 por un artista clave del siglo XX, ha sido cedida por la familia del artista para su exposición pública en esta ubicación de Valencia. Con esta propuesta, la Fundación Bancaja busca sumar a Valencia un nuevo referente cultural de la mano de Andreu Alfaro, uno de los grandes nombres de la escultura europea del siglo XX. Su producción, marcada por una personalidad artística singular, ha alcanzado un amplio reconocimiento internacional y lo ha consolidado como figura clave de la escultura contemporánea.
Andreu Alfaro concibió Ona para Barcelona, una escultura pública inaugurada en 2003 en el Passeig de Colom, muy próxima al puerto, que con el tiempo se ha consolidado como uno de los símbolos reconocibles de la ciudad. Realizada en acero inoxidable, su perfil ondulante evoca el movimiento del mar —“ona” significa ola en catalán— y dialoga con el entorno mediante un juego de luces que varía entre el día y la noche. Ahora, con la instalación en Valencia de La puerta del universo, se reafirma la capacidad de Alfaro para conjugar monumentalidad y sencillez, integrando sus obras en espacios urbanos abiertos y ofreciendo a los ciudadanos la experiencia de convivir con ellas en su vida cotidiana.
La imponente creación de Andreu Alfaro, concebida en 1983, se alza con casi seis metros de acero inoxidable que brillan ahora en pleno corazón de Valencia. Gracias a la cesión de la familia del artista a la Fundación Bancaja, la escultura permanecerá en la Plaza de Tetuán, espacio al que Alfaro regresa tras haber estado presente en 2018 con Homenaje a Platón (1970). Aquella instalación, integrada en la retrospectiva Alfaro. Laboratorio de formas escultóricas —comisariada por Tomàs Llorens Serra y Boye Llorens Peters y compuesta por cerca de noventa piezas—, celebró la vastedad creativa de un escultor que supo dar forma a la luz, al espacio y a la memoria colectiva.
