Fundación MAPFRE presenta en Barcelona la primera exposición dedicada a Helen Levitt (Nueva York, 1913-2009), basada en el análisis de los archivos del artista, que hasta ahora sólo habían sido accesibles de forma restringida. La muestra podrá visitarse en el Centro de Fotografía KBr y, posteriormente, viajará a Madrid, donde se exhibirá en las salas de Paseo de Recoletos, 23. Esta retrospectiva ofrece una oportunidad única para descubrir la obra de Levitt, pionera en la fotografía de calle estadounidense.
En esta muestra temporal de Helen Levitt en el KBr podrá descubrir cómo era la vida en las calles de Nueva York y México durante el siglo pasado. La fotógrafa y directora de cine rompió con los esquemas estéticos de su época y firmó el único documental hasta ahora nominado al Oscar al mejor guión.

Mexico City, 1941, © Film Documents LLC, Courtesy Zander Galerie, Colonia.
Comisariada por Joshua Chuang, la exposición podrá visitarse en el KBr de la Fundación MAPFRE del 24 de septiembre al 1 de febrero de 2026. Las fotografías de Helen Levitt irradian un misterio que las convierte en verdaderos enigmas visuales. Su mirada, íntima y única, transforma los escenarios cotidianos en composiciones imposibles de definir con palabras, en las que cada detalle parece flotar entre realidad y sueño. Esta sutil tensión establece una conexión inmediata con el espectador, incluso cuando la historia que esconde cada imagen permanece oculta entre planos y sombras.

New York, c.1939, © Film Documents LLC, courtesy Zander Galerie, Colonia.
La exposición juega con la dualidad de ver a Helen Levitt como una de las fotografías más famosas pero a la vez de las más desconocidas. Alfa y omega dentro de un mismo recorrido con una artista comparable en Henri Cartier-Bresson. Helen Levitt fue una de las primeras mujeres en destacar en el mundo de la fotografía, especialmente en el ámbito del fotoperiodismo urbano. Siempre evitó imponer una narrativa explícita a sus imágenes y prefería no comentarlas, dejando que fueran ellas mismas las que hablaran. La apuesta por esta discreción, lejos de mermar el valor de su obra, es precisamente una de las claves que la hacen tan fascinante y única.
La muestra propone una antología completa de la trayectoria de Helen Levitt, organizada en nueve secciones que reúnen más de 200 fotografías. Además del recorrido por el núcleo central de su obra, la exposición incluye imágenes inéditas y sus trabajos en México en 1941, así como una amplia selección de su obra en color, técnica que empezó a explorar a partir de los años cincuenta. Los visitantes podrán ver también el documental In the Street (1948), del que Levitt fue codirectora, así como una proyección de sus diapositivas en color, que permiten apreciar su mirada única sobre lo cotidiano con una nueva dimensión cromática. Esta combinación de obras consolida la muestra como una oportunidad excepcional para descubrir la riqueza y diversidad de una de las figuras más relevantes de la fotografía callejera del siglo XX.

New York, c.1940, © Film Documents LLC, Courtesy Zander Galerie, Colonia.
Helen Levitt, que se dedicó de forma exclusiva a su obra, no empezó a obtener reconocimiento público hasta una edad avanzada. Aunque su nombre está estrechamente vinculado a la «fotografía callejera», ya que las calles de su ciudad natal fueron el escenario principal de su producción, a lo largo de su trayectoria también exploró otros ámbitos: hizo incursiones en el cine, viajó a México y experimentó con la fotografía en color, ampliando así su mirada más allá del registro urbano.
Las fotografías que se conservan del primer año de Levitt con su Leica muestran sus primeros intentos de esbozar la dirección que quería dar a su obra y definir su voz artística. Unas primeras obras en las que Levitt se sintió atraída por los dibujos con yeso que encontraba en su trayecto hacia el trabajo, hechos por las criaturas callejeras, en una época en la que el arte folclórico y primitivo estaba en pleno auge en Estados Unidos.

New York, c.1938, © Film Documents LLC, courtesy Zander Galerie, Colonia.
Luego llegaría Ciudad de México, conocer a Walker Evans y Cartier-Bresson hasta llegar a finales de 1958, donde Levitt solicitó por tercera vez una beca Guggenheim con el objetivo de experimentar con «las técnicas más novedosas de la fotografía en color», y al año siguiente la obtuvo. Pese a trabajar con un medio todavía poco habitual en aquella época, el artista siguió abordando el color con la misma sensibilidad y rigor que había aplicado al blanco y negro, manteniendo intacta su visión única de lo cotidiano.
Esta exposición de la pionera de la fotografía callejera capturaba con sensibilidad y mirada poética la vida cotidiana de las calles de Nueva York, especialmente la de los niños y la comunidad urbana. Sus imágenes, cargadas de sutiles detalles, transforman escenas ordinarias en pequeños enigmas visuales, generando conexiones inmediatas con el espectador sin necesidad de una narrativa explícita.