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Lengua de fuego de Valeria Maculan: donde el espacio y el cuerpo se encuentran
Valeria Maculan es una creadora visual multidisciplinar que rompe los límites tradicionales de la pintura, incorporando materiales, gesto y simbolismo para replantear la relación entre el cuerpo y el espacio con fuerza plástica y profundidad conceptual. Su trayectoria, amplia y reconocida internacionalmente, conecta sus raíces latinoamericanas con los escenarios artísticos contemporáneos europeos.
Del 11 al 30 de septiembre, el artista participa en la Bienal B con la obra Lengua de fuego , presentada en el Casal de Son Tugores de Alaró bajo el comisariado de Iñaki Martínez Antelo y Alicia Ventura. Lengua de fuego es una instalación textil concebida como un dispositivo escénico, desarrollada en colaboración con el taller artesanal Bujosa.
La pieza central de Lengua de fuego es un imponente telón suspendido que atraviesa toda la sala, generando un eje visual y espacial que invita al público a sumergirse en la obra. En su interior, se disponen los vestidos del corazón, acompañados de una serie de máscaras de madera, cuidadosamente diseñadas con las bocas en forma de megáfono, pensadas para amplificar y proyectar la voz. Esta combinación de textil y objetos escultóricos se pone en movimiento durante la inauguración mediante acción coral: los intérpretes cantan canciones populares de la tradición oral mallorquina, creando un diálogo entre pasado y presente, entre memoria y experiencia inmediata. La obra construye así un espacio liminal, situado entre el performativo y el colectivo, donde la materialidad del textil, la presencia de la voz y la riqueza de la tradición popular se fusionan de forma poética e inmersiva.
El título hace referencia a los dibujos presentes en los tejidos que forman parte de la instalación. Los patrones utilizados recuerdan llamas en movimiento, figuras que en mallorquín reciben el nombre de flámulas. Este detalle no sólo subraya la relación entre forma y concepto dentro de la obra, sino que también conecta con las raíces culturales de la manzana, transformando el tejido en un vehículo simbólico que habla de memoria, energía y expresión colectiva. Con esta instalación, Valeria Maculan logra articular un lenguaje visual y sonoro que desafía la separación entre objeto artístico y experiencia comunitaria, invitando al espectador a formar parte de un ritual contemporáneo donde el cuerpo, la voz y la tradición se convierten en un único relato poético y plástico.
Lengua de fuego plantea una escena situada entre el mundo del textil, la coral y el simbólico. Se trata de una obra viva que toma forma y energía a través de la voz, generando una poética del “entre”: un espacio donde se encuentran los cuerpos, los tiempos, las memorias y los saberes encarnados.
