La Fundación NUMA Espais de Cultura vuelve a abrir puertas con una propuesta que invita a mirar de otra manera lo que nos rodea. de acercarse a la esencia de las cosas más que de imponer discurso alguno.
La exposición, que se puede visitar a partir del 8 de mayo, es la segunda que acoge la fundación desde su apertura en mayo de 2024. En total, se pueden ver 32 obras, divididas entre 25 esculturas y 7 piezas de gran formato hechas con tinta sobre papel. otras, y consigue que cada una conserve parte de su identidad en el resultado final. Las esculturas, algunas de hasta tres metros de altura, forman parte de la serie Secrets del bosc y mantienen una conversación abierta entre la naturaleza, la mano del artista y la mirada de quien observa.
Secretos del bosque (costilla del bosque), Hiroshi Kitamura © Fundació NUMA
En cuanto a las siete tintas, también de grandes dimensiones, están elaboradas con técnicas tradicionales y materiales como la tinta china, la nogalina o la caobina, y se presentan montadas según el método japonés hyougu, que respeta su equilibrio y sutileza. –o ser encontrado por– la materia prima. Después, el proceso de desnudar la madera, eliminar su piel y descubrir sus historias escondidas.
Con este proyecto, el artista profundiza en nociones como la metamorfosis, la memoria compartida, el vacío, la fugacidad o el gesto primitivo. Su trabajo refleja un constante intercambio entre el mundo natural y el impulso creativo, con una sensibilidad que bebe tanto de la espiritualidad oriental como de la experiencia tangible de la materia.
Secretos del bosque (memoria de bosque I - herencia y ADN), Hiroshi Kitamura. © Marta López Raurell
Nacido en Hokkaido en 1955, Kitamura se formó en escultura y grabado, y desde muy joven convivió con la práctica artística gracias al entorno familiar. línea de investigación que une el pensamiento oriental con la experiencia del paisaje europeo.
En cuanto a la Fundación NUMA inició su camino con una muestra dedicada a Caspar Berger, y desde entonces ha ido consolidándose como un polo cultural en Menorca. El equipamiento conjuga patrimonio y contemporaneidad en un edificio que dialoga con el entorno e incorpora la arquitectura tradicional de la isla dentro de una visión artística actual.
Vista de l’instal·lació Hiroshi Kitamura a la Fundació NUMA. © José Armando Brizuela