Las pasiones son el impulso genuino que mueve al ser humano. Gracias a la emoción (emotio, emovere) conseguimos movernos, salir de nuestra zona de confort. puede ser tildado de sublime. Por eso, lo sublime es siempre inquietante, produce un desafío al obligar al hombre a afrontar —desde su propia limitación— lo ilimitado, indeterminado e inmedible. desconocido.
La danse des coquelicots, Joan Miró (1973). MNCARS
Una de las exposiciones destacadas del programa del CCCB de este año es En el aire conmovido..., comisariada por el filósofo e historiador del arte Georges Didi-Huberman (Saint-Étienne, Francia, 1953), uno de los pensadores europeos más interdisciplinarios y una de las figuras más relevantes del pensamiento actual, reconocido internacionalmente. de Arte Reina Sofía que elogia el poder que provocan las emociones. Planteada como un juego libre de asociaciones y conexiones, da lugar a un recorrido articulado en capítulos temáticos para dar respuesta a cuestiones suscitadas por respuestas emocionales. Paolo Pasolini, Corinne Mercadier, Julio González, Alberto Giacometti, Harun Farocki, Henric Michaux, Oriol Maspons y Unica Zürn, entre otros muchos, se ordenan en forma de constelaciones dentro de un proceso de ensamblaje dialéctico para investigar el poder de las imágenes. el arte permite expresar cuestiones complejas y sutiles que interpelan al receptor directamente a través de la propia experiencia vital y afectiva, incidiendo en el poder subyacente que ha tenido el lenguaje artístico a lo largo de los siglos y su dimensión sensible.
Disparate de toritos (Lluvia de toros), Francisco de Goya i Lucientes (1815 - 1824). Col·lecció Banco de España. Fotografia de Joaquín Cortés
Su título, tomado del Romancero gitano (1928) de Federico García Lorca, apela a la emoción desbordada donde entra en juego la idea lorquiana del duende y su mirada a través de la niñez. de la mirada de una criatura, en un contexto histórico inquietante como es el actual, Didi-Huberman explora, mediante reflexiones teóricas y gráficas de diferentes artistas y filósofos, el poder evocativo de las imágenes y la capacidad transformadora de la emoción que trasciende lo individual para convertirse en colectiva.
Watching the burning city, I cried ceaselessly, Toshiko Kihara (1975). Col·lecció The Hiroshima Peace Memorial Museum