El Espai Cuixart acoge una muestra que conecta dos trayectorias creativas que se cruzaron hace más de tres décadas. Maïs Jorba , escultora y artista multidisciplinar, reivindica la memoria compartida con Modesto Cuixart a través de un conjunto de obras que beben de la convivencia artística, la colaboración y una amistad.
La exposición, que se inaugura hoy 1 de mayo, propone un encuentro directo con la forma de hacer, pensar y sentir el arte que compartían ambos y presenta piezas que crearon juntos, especialmente durante los años ochenta, cuando Maïs trabajó estrechamente con el pintor en su taller. De esa etapa se han conservado cerámicas, formas orgánicas y trabajos híbridos. También se incluyen obras posteriores de Maïs que, aunque independientes, mantienen viva la influencia del pintor. Entre ellas destaca La Jaula d'Or, concebida a partir de vivencias compartidas, y una instalación de gran formato sobre la violencia, con maniquíes rojos, que ocupa cuatro metros de altura.
Deliri i il.lusio, Maïs Jorba (2021)
Modesto Cuixart, conocido por ser una de las figuras centrales del grupo Dau al Set, tenía una manera de relacionarse con el arte cargado de gestos simbólicos. Uno de los más recordados era el de enterrar los pinceles que ya no podía utilizar, como si de un ritual de despido se tratara. Maïs no sólo observó esta actitud, sino que la entendió y hacerla suya de otra forma. Esta capacidad de absorber, reinterpretar y transformar está también presente en toda su obra.
Femicidis, Maïs Jorba (2023)
La exposición forma parte de los actos conmemorativos del centenario de Modesto Cuixart. En este contexto, la Fundació Cuixart propuso a Maïs participar activamente en la celebración, reconociendo su trayectoria y, especialmente, su vínculo con el pintor. No es sólo una exposición, sino también una forma de afirmar el papel de Maïs como artista con voz propia dentro del panorama contemporáneo, ya que su carrera artística no se explica sólo a través de Cuixart. Ha expuesto por todas partes, ha coincidido con nombres como Ràfols-Casamada, Guinovart o Claramunt, y ha sabido mantener una línea propia. Esta exposición pone en valor esta trayectoria y la forma en que ha sabido construir un lenguaje personal sin perder la conexión con los que han sido referentes.