Marc Larré llega al Centro Cultural La Mercè con una propuesta que cuestiona las formas clásicas de concebir la escultura. En Ménsula, columna, capitel, el artista barcelonés repiensa los valores que históricamente se han atribuido a esta disciplina, a menudo vinculada a la rigidez, a la verticalidad monumental ya la solemnidad patrimonial. Lejos de estas convenciones, Larré trabaja con materiales como el barro, el látex o el yeso —elementos habitualmente menospreciados por su aparente fragilidad— para situarlos en el centro de una nueva forma de entender la relación entre forma, cuerpo y espacio. Con una mirada crítica pero también intuitiva y sin artificios, Marc Larré se confronta con su práctica artística con los relatos que la historiografía occidental ha fijado como únicos.
Mènsula, columna, capitell, Marc Larré. Fundació Vila Casas
La propuesta, que se inscribe dentro del ciclo Puntos de escape de la Fundación Vila Casas , pone de manifiesto cómo la escultura puede convertirse en una herramienta para repensar qué conservamos, cómo lo conservamos y, sobre todo, por qué, dejando de ser una presencia inmutable e intocable para acercarse a los gestos, a las huellas ya los rastros. La idea de patrimonio se desvincula de la pieza sagrada e inamovible para adoptar una actitud permeable y reactiva, un patrimonio vivo, que se afecta por el paso del tiempo y por el contacto con la realidad. Las obras no buscan acomodarse a ningún estándar formal; más bien abren espacios por lo que a menudo queda invisible: texturas, marcas, procesos.
Como explica Natàlia Chocarro , comisaria de la muestra, Ménsula, columna, capitel propone “un recorrido que va desde la arquitectura más simbólica hasta el gesto vinculado al rastro más humilde, dilatando los límites del escultórico para incluir, también, lo que es permeable al tiempo y al espacio” .
Mènsula, columna, capitell, Marc Larré. Fundació Vila Casas