Exposiciones
Marta Minujín sigue fiel a vivir en arte
Nueva exposición en Kurimanzutto donde se cuestionan mitos.
Más de veinticinco años después de su última exposición individual en México, la reconocida artista argentina Marta Minujín (Buenos Aires, 1943) regresa al país con una muestra que recorre seis décadas de una práctica marcada por la experimentación y la expansión de los límites del arte contemporáneo en América Latina. To Live in Art se inauguró el próximo 23 de agosto en la galería kurimanzutto y se podrá ver hasta el 4 de octubre, ofreciendo al público un acercamiento a la inagotable energía creativa de una de las figuras más influyentes del panorama artístico internacional.
Marta Minujín es una de las figuras más vibrantes y transgresoras del arte contemporáneo latinoamericano. Pionera en happenings e instalaciones participativas, hizo de la irreverencia un lenguaje propio: desde La Menesunda (1965), que transformó la manera de habitar una obra, hasta El Partenón de libros (1983), símbolo de libertad tras la dictadura argentina. Su arte monumental y efímero dialoga con la política, el humor y lo popular, ya sea levantando un obelisco de pan dulce, incendiando a Gardel o “pagando” la deuda externa con maíz junto a Andy Warhol. Galardonada con el Premio Velázquez de Artes Plásticas, su obra sigue desafiando los límites del arte y convocando al público a ser parte de la experiencia.
Vivir en arte reúne una selección de piezas históricas y recientes que evidencian la magnitud del impacto de Marta Minujín en la escena artística internacional. A lo largo de más de cinco décadas, la artista ha transformado las nociones del arte contemporáneo, participando en movimientos que desafiaron los convencionalismos y consolidando su lugar como una de las figuras más influyentes del arte argentino y un referente indiscutible a nivel global.
En esta muestra se presenta por primera vez en México El obelisco acostado (1978), obra con la que Marta Minujín inauguró la serie La caída de los mitos universales y que debutó en la Bienal Latinoamericana de São Paulo ese mismo año. La pieza consiste en una réplica del emblemático obelisco de la Plaza de la República en Buenos Aires, dispuesta horizontalmente dentro de la galería, que invita al público a recorrer su interior y descubrir una serie de videos creados por la artista.
A lo largo de la muestra también aparece otra de las obsesiones materiales de Marta Minujín: los colchones, objeto universal y silencioso en cualquier hogar. Su vínculo con ellos comenzó en París, cuando recogía los que encontraba abandonados cerca de hospitales y los transformaba al pintarlos con franjas inspiradas en la moda de las minifaldas de aquellos años. “La mitad de tu vida transcurre en un colchón. Naces, mueres, haces el amor, puedes ser asesinado en un colchón”, explicaría tiempo después, aludiendo a la carga de intimidad, violencia y deseo que encierran. En kurimanzutto se presentan piezas de su serie más reciente, iniciada en 2006, donde cada colchón se pliega, se entrelaza y se cubre de color, dando forma a composiciones que transmiten movimiento, vitalidad y gozo.
La artista en 2024 en Buenos Aires.
El título de la exposición encarna el anhelo profundo de Marta Minujín: hacer del arte una forma de vida. Pionera de los happenings, las performances y el arte participativo, su obra ha demostrado a lo largo de los años que la creación puede desbordar los límites del museo e infiltrarse en cada rincón de la existencia: desde los espacios más íntimos hasta la arena política y los circuitos del mercado global.
