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Exposiciones

Materia, sonido y emoción con Josep Bofill en Gemecs de la Terra

El Museo de pintura de Sant Pol da lugar a una instalación llena de elementos.

Materia, sonido y emoción con Josep Bofill en Gemecs de la Terra
bonart sant pol - 02/08/25

Josep Bofill ha creado una instalación entre diferentes elementos que llena hasta el 30 de septiembre el Museo de Pintura de Sant Pol de Mar en el Maresme. Bajo el título de Gemecs de la Terra , el reconocido pintor y escultor da forma con un montaje plástico donde explora la relación entre materia, sonoridad y experiencia emocional, invitando al espectador a formar parte de esta obra y no sólo de contemplarla.

Comisariada por Abel Prunyosa y Sandro Martín, esta exposición Gemecs de la Terra , no se limita a ser simplemente contemplada; se convierte en un espacio vivo, capaz de transformarse y de transformar al visitante. Va más allá del concepto tradicional de exposición, apostando por una experiencia sensorial y emocional que envuelve completamente al público. El espacio deja de ser un contenedor neutro para convertirse en una escenografía que respira, reacciona, acoge. Los límites entre la obra y el espectador se desvanecen, y el objetivo no es sólo mostrar, sino provocar una conexión profunda y personal con cada persona que entra en ella.

A través de elementos visuales, sonoros, táctiles o interactivos, se invita al visitante a implicarse activamente. No se trata de un recorrido lineal, sino de un camino que se construye a medida que se vive, con espacios que apelan a la memoria, la empatía y la reflexión. La obra se convierte en una experiencia compartida, pero a la vez íntima; una instalación que transforma la percepción e invita a repensar nuestro papel como espectadores.

Paralelamente, la composición sonora de Raül Costafreda añade una dimensión intangible pero igualmente poderosa. A través de sonidos sutiles, texturas auditivas y secuencias que oscilan entre la serenidad y la inquietud, se activa un entorno emocional que rodea al visitante. El diálogo entre la materia y el sonido no es decorativo, sino esencial: se trata de un lenguaje conjunto que construye un espacio que vibra, respira, conmueve.

Este proyecto artístico no sólo busca captar la atención, sino generar una presencia plena. Quien entra en ese espacio no lo hace como simple observador, sino como parte esencial de la obra. Es un llamamiento a dejarse afectar, a mirar con el cuerpo entero, a participar desde la propia experiencia. Y es en ese diálogo entre la obra y el visitante donde nace su verdadero significado.

El universo creativo de Josep Bofill se construye desde una profunda reflexión sobre la condición humana. Su obra se caracteriza por una fuerte carga simbólica y una dimensión escenográfica que trasciende a la representación figurativa para abrir paso a formas abstractas, esenciales y cargadas de significado. En lugar de mostrar cuerpos reconocibles o retratos convencionales, el artista opta por una estética minimalista que apunta hacia lo universal. Las figuras, a menudo reducidas a gestos, trazos o volúmenes esenciales, dejan de ser individuos concretos para convertirse en metáforas de la existencia, el pensamiento y la emoción.

Su práctica artística se articula a través de diversos medios -pintura, escultura, dibujo y fotografía- que no funcionan de forma compartimentada, sino que se relacionan entre sí en un diálogo constante. Esta interconexión entre disciplinas genera una obra cohesionada, pero rica en matices, capaz de expresar movimientos internos, tensiones emocionales y procesos vitales cuya potencia expresiva se despliega sin necesidad de palabras.

Las instalaciones y composiciones a menudo evocan espacios de recogimiento o tráfico, escenarios donde el visitante puede proyectar su propia experiencia. La simbología que emerge de las formas -tan limpias como evocadoras- no busca dictar interpretaciones, sino sugerir, abrir interrogantes y activar la empatía. En este sentido, la obra se convierte en una especie de espejo interior, donde el espectador puede reconocerse no por lo que ve, como por lo que siente.

La obra de José se expone en galerías de España, Francia, Inglaterra, Alemania, Bélgica, Suiza, Luxemburgo, Italia, Portugal, Rusia, Hong Kong, Estados Unidos, Venezuela
y Colombia. También en museos como La Cour d'Or de Metz, el Museo Municipal de La Haya, una instalación permanente en el Museo da Cidade de Almada en Lisboa, en la Fundación Centro Cultural Chacao de Caracas y en el KEE Private Members Club de Hong Kong, entre otros.

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