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Exposiciones

Agustina Fioretti en FUGA: atravesar el ecuador, entre mito y violencia

Una instalación que cuestiona los rituales de paso, las jerarquías heredadas y las fronteras que persisten.

Agustina Fioretti en FUGA: atravesar el ecuador, entre mito y violencia
bonart barcelona - 25/06/25

La galería FUGA acoge el proyecto Cruzando la línea del artista Agustina Fioretti (Argentina, 1991), propuesta que parte de un relato personal para abrir cuestiones más amplias sobre las fronteras, los rituales de paso y las relaciones de poder. Fioretti, afincada en Barcelona y con formación en economía y fotografía en el International Center of Photography de Nueva York, articula su práctica a partir de la experiencia migratoria propia y de generaciones anteriores, explorando la liminalidad como espacio de tráfico y transformación.

El punto de partida del proyecto es un viaje en barco entre Buenos Aires y Francia, donde el abuelo del artista fue invitado a representar a Neptuno en una ceremonia simbólica al atravesar el ecuador. Pese al tono aparentemente festivo y vinculado al turismo, este tipo de prácticas escondían una larga tradición marinera marcada por jerarquías de género y estructuras de dominación.

Agustina Fioretti en FUGA: atravesar el ecuador, entre mito y violencia

Desde hoy y hasta el 30 de julio, Fioretti propone un recorrido por diferentes trayectorias que atraviesan esta línea imaginaria, interrogándose sobre lo que significa hacerlo. A través de vídeos, fotografías, materiales de archivo, objetos, tejidos y relatos personales, la exposición contrasta el componente festivo de la ceremonia con su trasfondo histórico, marcado por rituales de paso que buscaban convertir a los marineros en hombres “preparados” para lo que vendría más allá del ecuador, a menudo percibido como una entrada a territorios. Esta práctica, arraigada desde el siglo XVI y vinculada a la expansión colonial posterior a la conquista de América, implicaba ofrecer sacrificios simbólicos al mar oa los dioses como garantía de una travesía segura. Lejos de ser una simple tradición marinera, estas ceremonias -reservadas exclusivamente a los hombres- tenían un fuerte componente simbólico y de violencia: los neófitos eran vestidos de mujer, golpeados y humillados con el objetivo de extirpar cualquier rasgo asociado a la feminidad, considerada entonces como una señal de debilidad.


Agustina Fioretti en FUGA: atravesar el ecuador, entre mito y violencia

La instalación también pone el foco en el presente, vinculando esa mirada crítica al ritual con el puerto de Vilanova y la Geltrú. Allí conviven dos comunidades que trabajan de forma precaria y casi invisible, por un lado, las redires, mujeres que reparan redes y que durante años sólo podían acceder a este oficio en el mundo pesquero; y, por otro, personas inmigradas sin papeles que, pese a haber sido pescadores en sus países de origen, tienen prohibido volver a salir al mar por cuestiones legales. Este contexto permite al artista establecer paralelismos entre antiguas prácticas jerárquicas y las actuales dinámicas de desigualdad en el ámbito laboral y social.

La exposición incluye también una actividad paralela el 9 de julio a las 18.30 h, con una activación sonora a cargo de Mireia Molina Costa, vinculada a la tradición musical de las habaneras. Esta propuesta complementaria suma una capa más de lectura a una investigación que no sólo pone en cuestión el pasado, sino que también hace visibles historias y realidades contemporáneas que a menudo no tenemos presentes.

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