El estudio de los arquitectos Pau Sarquella y Carmen Torres, que la autodefinen como un estudio multidisciplinar y nómada, confirma la existencia de nuevas formas de hacer espacios arquitectónicos que soporten intenciones estéticas fruto de investigaciones culturales en el ámbito local e internacional. No es casual que tanto en su caso como en el caso del estudio barcelonés de Eva Prats y Ricardo Flores, la influencia de la obra de Enric Miralles, que han podido compartir directamente como estudiantes en su estudio, es evidente.
La obra de Enric Miralles es todavía muy desconocida como investigación estética de gran vuelo, y su influencia en la práctica se puede comprobar en las obras de estos arquitectos que han establecido su estudio en Banyoles, después de realizar estancias en otros países y de recibir premios tanto internacionales como locales dentro y fuera del ámbito gerundense.
Bang Nong Saeng Kindergarten, Tailàndia.
El pabellón escuela Bang Nong Saeng Kindergarden (Tailandia), que ha recibido premios internacionales (Award TIDA) y premios FAD Internacional y de Opinión en 2019; el Paisaje Plástico en Girona también premiado, y la carnicería de los hermanos Solé en Celrà, también premiada en 2014, son ejemplos de esta nueva virtuosidad arquitectónica hija de un pensamiento crítico que no se improvisa sino que necesita investigación interdisciplinaria a escala local ya escala internacional, con textos premiados en la convocatoria de textos de crítica cultural en la labor de los arquitectos, de la que Enric Miralles fue un pionero.
Paisatge Plàstic. Exposició per a la 18a edició dels Premis d’Arquitectura de les Comarques de Girona.
Las plantas y secciones de las citadas obras no son meramente resultado de unas deformaciones formales complejas e innovadoras, sino que siguen caminos estéticos singulares gracias a los cuales las experiencias locales y domésticas de, por ejemplo, leer, comprar, tomar un café, etc., toman en estas nuevas arquitecturas un valor añadido de calidad artística específica. No es difícil establecer una línea entre la obra de Miralles y la de Alvar Aalto y/o de Frank Lloyd Wright por un lado, y la de Juan Antonio Coderch de Sentmenat por otro, ambas inmersas en las corrientes vanguardistas en pintura, escultura, diseño y música de su momento.
Así pues, estamos a las puertas de pequeños estudios de altos vuelos estéticos, que pronto podrían ser grandes. Esto pedirá un durísimo trabajo de defensa de la calidad y no de la cantidad, cueste lo que cueste, manteniendo un control cultural muy difícil en nuestra sociedad actual. Pocos estudios de gran tamaño lo logran, pero la posibilidad existe: es difícil, pero no imposible.
Estas estrategias estéticas innovadoras han tenido recientemente un ejemplo de éxito profesional en la obra del estudio SUMA Arquitectos de Madrid y su biblioteca pública García Márquez en Barcelona, fruto de investigaciones internacionales con un impacto global práctico y teórico, que pronto tendrá una confirmación en la próxima tesis doctoral de Guillermo Sevillano en la Escuela Técnica.
Carnisseria Germans Soler a Celrà.
Esta capacidad cultural para articular lo local y lo global, las diferentes artes entre ellas y las diferentes sensibilidades sociales y medioambientales, tiene una tradición antigua en la arquitectura, pero los grandes cambios tecnológicos y la expansión de nuevas formas de representación, hoy ya complementadas por una inteligencia artificial, la han ido desdibujando, y con el apoyo de una crítica poco preparada el camino de la calidad y no el de la cantidad con obras gigantescas, defendiendo así una visión arquitectónica y comercial equivocada.
El debate actual sobre las dimensiones económicas y financieras de la arquitectura y el urbanismo contemporáneos es complejo. La acción estética singular siempre se da dentro de un contexto social y político, que si quiere ser democrático debería premiar la calidad y no sólo la cantidad, y así premiar la acción cultural singular, que debe estar bien acompañada por currículos rigurosos tanto si es local como internacional. Y es evidente que estamos en un momento en que la calidad pierde peso frente a unos estandárdos de cantidad donde la medida es la reina.
Ventura 7, Banyoles.
Por todo ello, he empezado diciendo que una nueva forma de hacer arquitectura está naciendo o renaciendo, encontrando la calidad mediante la investigación y la experimentación. Se trata, pues, de reconocer la internalización de la calidad como una fuente de apoyo de los valores locales del pasado y del futuro, a la vez que reconocer también que estos valores tenían capacidad de internacionalizarse, tal y como lo estamos constatando con estos nuevos estudios. Sin embargo, a pesar de que la democracia en nuestro país funciona a medio gas, es necesario que no se disuelvan estos nuevos estudios en un nivel cultural mundial indiferente a las necesidades cotidianas, tanto locales como globales. Como decía, será difícil, pero no imposible.
Patis Cinètics. 0 Edició del Festival Insòlit