Marisa González toma todo el poder con una espectacular exposición temporal en el Museo Reina Sofía de Madrid. Y lo hace como artista avanzada a su tiempo, con una forma de hacer generativa -este es el título de la muestra antológica-, creando un binomio entre creación artística y tecnología de comunicación, además de reproducción de imágenes.
Un recorrido que parte del punto de repaso de su trayectoria artística, con trabajos diferenciados como la fotografía, la fotocopiadora, el vídeo o el ordenador. Ganadora del Premio Velázquez de las Artes en 2023, el artista de Bilbao, a los 81 años, continúa con su incesante trabajo en Madrid y su estudio muestra no sólo la obra de una gran artista, sino también todo su universo estético e intelectual.
Sala de controles (Hijos de P...), 2003-2004, col·lecció de Marisa González
Manuel Segade, director del Museo Reina Sofía, explica que era una deuda crear esta exposición, pero también es un reconocimiento a la trayectoria de Marisa González dentro de un universo estético del artista, sin olvidar su contribución al feminismo, la violencia contra la mujer, su oposición a las centrales nucleares, la explotación dentro del mundo laboral o el eco. El artista, que en 1986 comisarió una de las exposiciones inaugurales del museo, Procesos: cultura y nuevas tecnologías, reconoce que toda obra artística dura años y con esta exposición es una pequeña representación de todo su trabajo.
Cinco décadas de trabajo, creaciones, ideas, veinte series y proyectos, bajo el comisariado de Violeta Janeiro Alfageme. "Marisa González ha creado un método propio, un lenguaje y un protagonismo a partir de la inmediatez, el azar, la prueba y el error", explica la comisaría de la exposición en el Museo Reina Sofía que podrá visitarse hasta el 22 de septiembre, para viajar posteriormente a partir del 29 de octubre al Azkuna Zentroa - Alhón.
Vista de l'exposició Marisa González. Una manera de fer generativa. Arxiu fotográfico MNCARS
La muestra hará detener al espectador con obras potentes como La descarga de 1975-77, proyectos Elles, filipinas de 2010-2013 o Nuclear Lemóniz de 2004-2008. También será importante echar una mirada a la instalación Estación Fax/Fax Stations que creó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1993, donde el artista fomentaba una dinámica entre artistas más comunitaria, menos competitiva y más horizontal.
Las obras de sistemas generativos de los setenta traslada al trabajo de Marisa González en Estados Unidos, concretamente en Chicago. Es casi el inicio de la muestra expositiva y allí se podrá crear un diálogo con obras primordiales de su trayectoria, ya que hay un proceso de imágenes múltiples para conseguir efectos visuales, colores y texturas diferentes. Estas nuevas tecnologías de reproducción permitieron al artista bilbaína generar variaciones, multiplicaciones y fragmentaciones. Cada elemento de Marisa González cuenta una historia y el espectador se encontrará frente a un trabajo lleno de momentos estimulantes y reflexivos.