Exposiciones
Mapeando la estética liminar
La trayectoria del artista multidisciplinar Enrique Radigales, de origen zaragozano y pionero en el net art español, se ha distinguido por el desarrollo de un lenguaje multidisciplinar que fluye en un estado híbrido, transitorio y en suspensión.
Su práctica artística reflexiona sobre la paradoja de un espacio indefinido, inacabado y fronterizo, susceptible de generar constantemente situaciones inestables. En este marco, el artista combina metodologías y técnicas digitales (como el lenguaje HTML, los glitches y el uso de la IA) con procedimientos analógicos pictóricos, desde un enfoque arqueológico y neorromántico, dado su interés por tecnologías en desuso y por la pervivencia idiosincrática de las artes tradicionales.
Este universo conceptual dará lugar a la exposición titulada Limbe, que tendrá lugar en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza, entre los meses de octubre y el 8 de diciembre de 2025, bajo el comisariado de la crítica e historiadora del arte Nerea Ubieto. Esta exposición monográfica que, en palabras de su comisaria Nerea Ubieto, “propone una mirada a las reflexiones propias del autor a lo largo de su carrera”, nos invita a hacer una relectura de las tensiones y paradojas que han atravesado y atraviesan las obras del artista, desde la incertidumbre y la sublimación de los no lugares, teorizados por el antropólogo Marc Augé en su libro Los no lugares. Introducción a una antropología de la sobremodernidad (1992).
Radigales aborda metodologías y máquinas funcionales y apáticas, con la pretensión de dotarlas de un cierto matiz poshumanizador, como en la pieza escultórica titulada Frieze (2011), que reproduce el teclado del ordenador personal Spectrum (Clive Sinclair, 1982). También debe incluirse la pintura Souvenir file (2013), resultado de la recuperación de unas fotografías de la comarca de La Litera (Huesca), previamente eliminidas de su ordenador.
Limbe, en su dimensión informática, representa un espacio intersticial que enmarca la connivencia respetuosa entre la cultura artística digital y analógica (Skyline, 2011), la crítica a la sobresaturación de simulacros y el mapeo activista de nuevas topografías sostenibles, como puede verse en la obra Skyline 2 (2012), donde se cuestiona un paisaje degradado por las energías renovables. En la primera Skyline (2011), el autor mezcla tecnología y materiales orgánicos al concebir trozos de corteza de madera en los que se ha grabado con láser el horizonte de una ciudad junto con fragmentos del código HTML y la propia palabra Skyline. Finalmente, el artista hace tambalear las dicotomías entre parejas conceptuales como naturaleza/cultura, paisaje/interfaz y tiempo real/ tiempo virtual, que, conectando con el pensamiento de Donna Haraway, pueden verse ejemplificadas en las instalaciones Altoparlante (2020) o Psico-sonidos (2020). Dos obras que destacan el fenómeno sensorial y la crítica al consumismo tecnológico desmesurado.
