En pasado mes de octubre, el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles (MOCA) inauguró Monuments, una de las exposiciones más provocadoras y conceptualmente intensas de su programación reciente. Organizada en colaboración con The Brick, la muestra reúne una selección de monumentos desmantelados — muchos de ellos procedentes del legado confederado de Estados Unidos — y los coloca en un nuevo escenario: el espacio museístico. Al hacerlo, traslada un debate social candente al terreno de la experiencia estética y la reflexión crítica.

La exposición puede visitarse desde el 23 de octubre de 2025 hasta la primavera de 2026, distribuyéndose entre dos sedes: el Geffen Contemporary at MOCA y The Brick. El Geffen, un antiguo almacén policial reconvertido en sala de exposiciones, aporta un marco industrial y contundente que dialoga con la materialidad pesada y herida de muchas de las piezas. Algunas fuentes sitúan el cierre de la muestra hacia el 3 de mayo de 2026, por lo que se recomienda verificar fechas al planificar la visita.
En Monuments, el visitante no se enfrenta únicamente a estatuas enteras: también aparecen bases vacías, fragmentos, inscripciones borradas, efigies vandalizadas o intervenidas durante su retirada. La exposición no busca restaurar el aura original de estos objetos, sino exponer sus fisuras — físicas, simbólicas y políticas — al traerlos al interior del museo. Su presencia convive con obras contemporáneas de artistas como Kara Walker, Walter Price, Abigail DeVille, Bethany Collins o Hank Willis Thomas, entre muchas otras voces que trabajan desde la crítica histórica, la memoria racial y la relectura de los símbolos públicos.

El diálogo entre monumentos y arte contemporáneo crea un terreno fértil para replantear preguntas fundamentales: ¿qué historias decidimos recordar en el espacio público? ¿Quiénes son sus protagonistas? ¿Cuál es el destino de los símbolos que pierden legitimidad social? Monuments no ofrece respuestas cerradas, pero sí una puesta en escena cargada de tensiones. Al extraer estos objetos de las plazas y avenidas donde fueron cuestionados, los confronta con un público que puede examinarlos sin la carga inmediata del conflicto callejero, aunque no sin su memoria.
Más que una exposición, Monuments funciona como una arqueología del presente. Revela cómo los monumentos — lejos de ser estáticos o permanentes — son dispositivos vivos, sujetos a disputa, reinterpretación y derrumbe. En su nueva vida dentro del museo, se convierten en testigos incómodos de la historia estadounidense reciente y, al mismo tiempo, en materia prima para imaginar futuros más conscientes y críticos.
La exposición temporal reúne obras de arte recién encargadas junto a piezas contemporáneas procedentes de colecciones privadas e institucionales. Entre los artistas cuyas obras complementan la exposición se encuentran Leonardo Drew, Torkwase Dyson, Nona Faustine, Jon Henry, Hugh Mangum, Martin Puryear, Andrés Serrano y Hank Willis Thomas.

La muestra incorpora también monumentos desmantelados provenientes de diversas ciudades e instituciones: Baltimore (Maryland); Montgomery (Alabama); el Jefferson School African American Heritage Center en Charlottesville (Virginia); el Museo de Historia Negra y Centro Cultural de Virginia, en Richmond; el Valentine, también en Richmond; y la Daniels Family Charitable Foundation, en Raleigh (Carolina del Norte).
Al poner en relación estos monumentos retirados con las obras contemporáneas, la exposición amplía el marco interpretativo de ambos tipos de objetos y revela vacíos, tensiones y silencios presentes en las narrativas dominantes sobre la historia de Estados Unidos.