El Centro de Arte Rupestre Alberto I de Mónaco en Puente Viesgo presenta, del 13 de junio al 30 de noviembre, la exposición Tiempo y profundidad, de la artista María Villacorta. Comisariada por Miriam Callejo, la muestra propone un diálogo fascinante entre la prehistoria y el arte contemporáneo, explorando cómo se entrelazan la memoria del pasado y las búsquedas estéticas actuales.
La muestra supone un hito histórico, al convertirse en la primera exposición de arte contemporáneo en este centro, con la intención de establecer un diálogo entre el arte ancestral de nuestras cuevas, Patrimonio de la Humanidad, y el talento joven e innovador. La exposición reúne cerca de cincuenta piezas, entre pintura y escultura, que exploran la delicada conexión entre pasado y presente. Villacorta recurre a materiales como el hierro reciclado, una constante en su obra, y a distintos tipos de papel, donde el transcurrir del tiempo se transforma en un ingrediente creativo que imprime a cada pieza una memoria viva y sensible.

María Villacorta: Entre astros y polen 9, 2019.
Para Villacorta, la exposición constituye un viaje entre dos paisajes: el paisaje lítico, formado por rocas que funcionan como guardianes del tiempo y testigos de guerras y erosiones, y el paisaje antropológico, donde la acción humana desgasta la piedra en un ciclo constante de creación y destrucción civilizatoria. Como señala la propia artista: «Este grupo de obras es el resultado de la mirada hacia el paisaje, de su erosión […] en el salvaje proceso de creación y destrucción de las civilizaciones». Más allá de lo meramente estético, la muestra se presenta como una verdadera arqueología de la consciencia, invitando al espectador a reflexionar sobre la huella del tiempo y la interacción entre la naturaleza y la civilización.
Junto a las piezas pictóricas sobre papel, Villacorta presenta esculturas realizadas en metales reciclados, cuya intervención transforma la materia hasta conferirle una textura lítica, evocando las superficies rupestres que permanecen como testigos y puentes entre nosotros y nuestros antepasados, conectando espacio y tiempo en un diálogo profundo y atemporal.
La propuesta de Villacorta conecta épocas distantes, fusionando técnicas contemporáneas con símbolos ancestrales, y establece un puente entre el pasado y el presente que trasciende lo puramente visual. Sus obras invitan a contemplar la memoria como un territorio compartido, donde la naturaleza, la humanidad y el tiempo se entrelazan en un diálogo silencioso pero profundo. Cada pieza actúa como un recordatorio de que nuestro presente no existe aisladamente, sino que es heredero de paisajes, materiales y gestos que nos preceden, ofreciendo al espectador la oportunidad de reflexionar sobre la continuidad del impulso creativo y la huella de la historia en nuestra experiencia cotidiana.