La Fundación Vila Casas en los Espacios Volart se celebraban las jornadas sobre arte y galerismo 2025 que organiza GAC (Galerías de Arte de Catalunuya). Esta edición invitaba a los asistentes a sumergirse en un espacio de debate y reflexión sobre el coleccionismo de pintura catalana: su trayectoria histórica, las motivaciones que impulsan los coleccionistas, la relación con galerías y museos, así como los desafíos contemporáneos del mercado y la preservación del patrimonio artístico. Un recorrido para comprender cómo la pasión por el arte dibuja el presente y el futuro de la cultura catalana.

Moderado por Ricard Planas, director de Bonart, la jornada arrancaba con Guillermo Cervera, jefa de las colecciones de la Fundación Carmen Thyssen, quien comparte los secretos y las historias de la colección de pintura catalana. A continuación, Carme Clusellas, directora del Museo de Arte de Girona, y Josep Fèlix Bentz, director del Palau Martorell, debaten sobre las exposiciones de pintura catalana, poniendo el foco en narrativas, retos y oportunidades contemporáneas, con la moderación de Planas.
Para concluir, se ofrece una completa mirada sobre el pasado, el presente y el futuro del coleccionismo de pintura catalana. En esta mesa participan Bernat Puigdollers, director de la Fundación Vila Casas; Jesús Navarro Guitart, director del MORERA, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Lleida; y Artur Ramon Navarro, director de la galería Artur Ramon Art, que analizan las motivaciones de los coleccionistas y los retos de preservación del patrimonio artístico.
La pintura catalana se convierte en el epicentro de un debate necesario, de reflexión y de análisis sobre el lugar que ocupa después de veinticinco años de este nuevo siglo. Como apunta Guillermo Cervera, ninguna de las colecciones de la Fundación Carmen Thyssen: "Intentamos encontrar artistas catalanes que no tenemos en nuestra colección. Queremos cerrar círculos y ocupar los huecos que todavía quedan", poniendo de relieve la gran importancia de las galerías de arte y el papel que éstas tienen a la hora de proyectar y dar visibilidad. Pero detrás de cada obra existe una pregunta esencial: ¿Por qué está expuesta en un espacio cultural?

El binomio Carme Clusellas y Josep Fèlix Bentz ejemplifica la complejidad de vincular administración, equipamientos culturales, galerías, coleccionistas, obras y artistas. Asimismo, ponen sobre la mesa la centralidad de Barcelona, que concentra recursos y visibilidad, y la necesidad de reforzar otros territorios con mejores espacios y condiciones económicas. Tal como subraya Clusellas: "El arte catalán del siglo XX aún no ha encontrado su espacio. Y nosotros, los museos, debemos generar oportunidades". Ejemplos como las trayectorias de Roser Bru, Francisca Rius o la exposición de Clavé en el Palau Martorell muestran la vitalidad de un arte que reclama reconocimiento y difusión.
Este debate recuerda que la pintura catalana no es sólo patrimonio: es una herramienta para pensar el presente, cuestionar el pasado y proyectar un futuro en el que artistas, instituciones y público conviven y dialogan.