Las exposiciones dedicadas a Bernardí Roig se convierten en el punto central de una ruta guiada por Barcelona que propone un recorrido inmersivo por su universo creativo este martes 25 de noviembre. El itinerario se iniciará en la Galería Miguel Marcos y culminará en el Espacio Isern-Dalmau de la Fundación Lluís Coromina Isern, ofreciendo dos aproximaciones complementarias a su obra reciente. La presentación de este doble recorrido correrá a cargo del crítico y escritor Fernando Castro Flórez y del propio artista, Bernardí Roig, que compartirán perspectivas y lecturas sobre los procesos, tensiones e imágenes que articulan su trabajo.

Con la colaboración de Bonart, los participantes recorrerán primero Desaloja el rostro en la Galería Miguel Marcos y, a continuación, [NO] Asomarse al interior a la Fundación Lluís Coromina. La muestra del espacio de la calle Jonqueres, 10, reúne a una selección de obras recientes —esculturas, pinturas, dibujos y una pieza audiovisual— del creador mallorquín, que «confinan la mirada en la profundidad absorbente del negro y nos atrapan con el destello ocular que provoca la luz fluorescente», según la propia galería barcelonesa.
La Fundación Lluís Coromina Isern y la Galería Miguel Marcos presentan la exposición [NO] Sacar la cabeza al Interior , que reúne una selección de vídeos recientes de Bernardí Roig (1965) junto con la instalación El Cabo de Goya (2020). La muestra se inauguró en el Espai Isern Dalmau de Barcelona el pasado 18 de noviembre y propone un recorrido por un conjunto de obras que exploran la tensión entre la repetición del gesto y la imposibilidad de redención. Figuras solitarias se enfrentan a sus propios límites, atrapadas en la circularidad de sus actos.
La obra de Bernardí Roig se caracteriza por una intensa exploración de la luz y la oscuridad, donde el blanco cegador y el negro profundo actúan como fuerzas tensionadas. Sus figuras, a menudo masculinas y solitarias, aparecen inmersas en situaciones límite, atrapadas en gestos repetitivos que revelan fragilidad, obsesión y resistencia. Mediante esculturas, vídeos e instalaciones, Roig construye escenarios de alto voltaje emocional que interrogan la memoria, el cuerpo y la imposibilidad de evasión.