Nodos, flujos y vibraciones , la muestra donde se puede ver obra de Eduard Arranz-Bravo, emprende viaje hacia París, una ciudad especialmente significativa en la trayectoria vital y artística del creador. Del 13 de noviembre al 31 de enero, el Centro de Études Catalanes acogerá este recorrido inmersivo por el universo plástico de Arranz-Bravo, ofreciendo al público parisino la oportunidad de redescubrir una de las figuras clave de la vanguardia catalana.

La exposición, comisariada por Albert Mercadé, llega a la capital francesa después de haberse presentado con gran acogida en la Fundació Suñol. Ahora, en este nuevo contexto internacional, la muestra amplía su diálogo con el espectador y profundiza en la relación entre el gesto pictórico, el movimiento y la energía que caracterizan a su obra. A través de un conjunto de piezas seleccionadas, se exploran los vínculos entre la pulsión creativa de Arranz-Bravo y los espacios que habita, así como su capacidad de evocar tensiones, ritmos y emociones.
La presentación en París representa no sólo la continuidad natural de un proyecto expositivo ya consolidado, sino también un homenaje a la relación profunda -tanto personal como artística- que Arranz-Bravo ha mantenido con la capital francesa a lo largo del tiempo. El recorrido propuesto es similar al que pudo verse en la Fundación Suñol, aunque prescinde de algunas piezas que, por sus características, dificultaban el desplazamiento hasta París por su delicadeza, como uno de los libros de artista de Eduard Arranz-Bravo.

La muestra reúne a una docena de obras procedentes de la Colección Suñol Soler, entre las que se incluye la que ilustra el cartel de la exposición, New York my Love (1971). Este conjunto se completa con pinturas, esculturas y aguafuertes, mayoritariamente datados entre las décadas de los setenta y ochenta, que permiten seguir la evolución del lenguaje visual del artista.