Este martes, 4 de noviembre, el Centro de las Artes Libres de la Fundación Joan Brossa de Barcelona inaugura Di, cosa. Joan Brossa y los poemas objeto , el primer capítulo de un amplio ciclo de exposiciones dedicado a explorar las vías discursivas y formales que han consolidado las artes del objeto como corriente de creación artística y de pensamiento.
Comisariado por Marc Navarro, el proyecto se extenderá hasta el 27 de junio de 2027 y propone una lectura contemporánea del universo brossiano a través del diálogo entre sus poemas objeto y las prácticas artísticas actuales que trabajan con materiales, formas y significados tangibles. El ciclo quiere poner de relieve la capacidad del objeto artístico para generar pensamiento y emoción, conectando la mirada vanguardista de Joan Brossa con las nuevas tendencias del arte conceptual y performativo.

Joan Brossa, Burocracia, 1967.
Cada una de las exposiciones que integran el ciclo ofrece una selección representativa de poemas objeto de Joan Brossa, puestos en diálogo con obras de artistas que trabajan en el cruce entre el objeto y el lenguaje. El objetivo no es trazar una genealogía de la producción brossiana, sino establecer puntos de encuentro entre creaciones y objetos que, pese a provenir de contextos y momentos históricos diversos, comparten una misma voluntad de reflexión sobre la relación entre forma, significado y materia.
El proyecto teje un diálogo sutil entre los poemas objeto de Joan Brossa y las miradas de artistas que, como él, exploran los límites entre la materia y la palabra, entre el objeto y la metáfora. La primera exposición del ciclo reúne a dieciséis obras que resuenan entre sí: las piezas de Brossa conviven con las propuestas de cinco creadores internacionales —Denise A. Aubertin, Henri Chopin, María Loboda, Henrik Olesen y Rosemarie Trockel—, todos ellos impulsados por una misma inquietud: descubrir la poesía escondida en las cosas.

Tal y como señala el comisario Marc Navarro en el libreto que acompaña a la exposición, “la incorporación de escenas cotidianas, el registro oral o la transcripción de frases hechas conformarían una especie de lenguaje encontrado con el que Brossa manifestaba la voluntad de hacer entrar la calle en el poema”.
Este lenguaje, espontáneo y sin artificio, se corresponde con la naturaleza de los poemas objeto del autor: fragmentos de realidad convertidos en metáfora. La exposición presenta siete — Burocracia (1967), Rondalla (1988), Paperina (1986), Equinoccio de primavera (1991), El empleado (1989) y Reloj (1994)—, que dialogan con las obras de otros artistas para abrir una ventana al proceso creativo, de una instalación, un objeto de una acción”.