El Museo de Montserrat inaugura una nueva exposición: La humanización de la naturaleza , de Josep Amat. Comisariada por Assumpció Cardona, la muestra se podrá visitar hasta el 18 de enero en la Sala Puig i Cadafalch.
La exposición explora la convivencia armónica entre el ser humano y la naturaleza, hilo conductor de la obra de Amat, reconocido por sus paisajes de inspiración impresionista con pinceladas cercanas al fauvismo. Esta selección de trabajos ofrece una mirada poética e intensa sobre el diálogo entre el hombre y su entorno natural, destacando la sensibilidad y fuerza cromática del pintor.
Este recorrido expositivo recupera una treintena de obras de Josep Amat i Pagès, centradas en la representación de paisajes que acercan al espectador a una naturaleza que no es salvaje, sino moldeada y transformada por la acción humana. El artista muestra paisajes trabajados y adaptados: montañas con caminos abiertos, campos cultivados y entornos modificados para hacerlos accesibles y funcionales.

En definitiva, su obra retrata una naturaleza domesticada, donde la presencia humana es evidente y su intervención transforma el territorio en un reflejo de las necesidades, esfuerzos y sensibilidad del hombre. Esta mirada combina la estética impresionista con una intención clara: mostrar cómo la relación entre el ser humano y el paisaje puede ser armónica, equilibrando la belleza natural con la utilidad y ordenación de los espacios.
La exposición establece un diálogo entre dos ámbitos estrechamente vinculados, que presentan paralelismos temáticos y compositivos. En el primero, Amat retrata una naturaleza que podríamos calificar de dominada y domesticada, transformada por la acción humana: caminos abiertos, campos cultivados y entornos adaptados para su uso y accesibilidad. En el segundo ámbito, esta concepción de la naturaleza se traslada a la ciudad, donde los espacios urbanos se presentan como paisajes naturalizados: los caminos flanqueados de plátanos de sombra encuentran su equivalente en las ramblas, paseos urbanos o parques y jardines municipales.

El título de la muestra se inspira en la conmemoración del milenario del Monasterio de Montserrat, referente histórico y cultural fundamental en la humanización de la montaña. Esta referencia no sólo remarca la relación entre el hombre y la naturaleza, sino que también subraya la forma en que la presencia humana ha configurado el paisaje a lo largo de los siglos, estableciendo un equilibrio entre la belleza natural y la intervención consciente en el entorno.
A través de este planteamiento, la exposición invita al visitante a reflexionar sobre la transformación del territorio y sobre cómo la mirada del artista permite percibir la ciudad y el paisaje como extensiones de un mismo diálogo entre el hombre y la naturaleza.