Iván Forcadell aterriza en SELTZ con No título del 18 de septiembre al 15 de noviembre. Se sitúa entre el hecho de que es autobiográfico, el mundo rural y lo que podría llamarse cotidianamente simbólico a No Título . Lejos de ofrecer un eje temático cerrado, la exposición se construye como una invitación abierta al espectador. El propio artista la define como un espacio sin un centro fijo, donde tienen cabida la tradición, el campo, el hogar, el folclore, la comunidad, la vida y la muerte. Elementos que, más que conceptos intelectuales, forman parte esencial de su biografía emocional y de su universo estético.
Nacido en Alcanar (Tarragona) en 1993, es un artista multidisciplinar que ha logrado consolidarse como una de las voces más originales de la escena contemporánea española. Su trayectoria artística abarca una amplia gama de disciplinas, que van desde la pintura y la escultura hasta la instalación, el vídeo arte y la performance, mostrando una versatilidad creativa que refleja su curiosidad insaciable y su pasión por explorar nuevas formas de expresión.

Conductor de coche de línea, Paco el Putero, 2025.
Forcadell propone una mirada liberada de las convenciones curatoriales, apostando por una experiencia directa e intuitiva con la obra. En vez de imponer una lectura, No Título invita a cada visitante a llenar el vacío del nombre con sus propias asociaciones, emociones y memorias. La exposición se transforma así en un espacio fecundo para la interpretación, donde el personal dialoga con el colectivo y el popular se funde con el poético, tejiendo una atmósfera donde el arte se convierte en experiencia viva.
Influenciado por las vanguardias del siglo XX y por el arte moderno, Forcadell desarrolla una obra que combina autenticidad y expresividad, construyendo un universo artístico muy personal que remarca tanto sus raíces como su visión del mundo. Sus trabajos a menudo evocan recuerdos de la infancia en el entorno rural, integrando elementos del folclore, situaciones cotidianas y un sutil sentido de la ironía. Esta combinación de temas es abordada con una armonía sorprendente y una naturalidad que invita al espectador a sumergirse en su narrativa visual.

Nick, Lo soso, 2025.
Viva, intensa y llena de color, la obra refleja su convicción de que el arte tiene el poder de cautivar y conmover. Cada pieza se convierte a la vez en un acto de comunicación y un ejercicio de reinvención constante, donde el artista establece un vínculo íntimo con su creación, concebida como núcleo y motor de su trayectoria. Su obra no sólo expresa talento, sino que atestigua la capacidad del arte para conectar con la experiencia humana, invitando al espectador a emocionarse, reflexionar y disfrutar de un diálogo permanente entre tradición, modernidad y experiencia personal.