Exposiciones
Objetos, poder y deseo: la primera muestra individual de Nina Beier en Portugal
La obra de Beier parte de objetos históricamente codiciados, materiales del deseo capitalista e iconografías que encarnan ideales de poder y fuerza en lo social, político y económico.
En su primera gran exposición individual en Portugal, la reconocida artista danesa Nina Beier se apropia del pabellón contemporáneo y de una parte del jardín de la Fundación Albuquerque, transformando estos espacios en escenarios abiertos a la reflexión y lo hace con Bens. La muestra ofrece un recorrido por esculturas e instalaciones creadas a lo largo de la última década, lo que permite apreciar la coherencia y, al mismo tiempo, la evolución de su práctica artística. Un recorrido que se inicia el 27 de septiembre y se podrá ver hasta el 4 de enero de 2026.
Beier, conocida por su manera de cuestionar los sistemas de valor y las convenciones culturales a través de objetos cotidianos, despliega aquí un conjunto de piezas que dialogan tanto con la arquitectura del pabellón como con la naturaleza circundante. El visitante se encuentra con un paisaje híbrido en el que las obras, lejos de permanecer estáticas, parecen interrogar la relación entre lo humano, lo material y lo natural.
Enfoque crítico hacia los objetos cotidianos y los materiales que circulan en nuestra vida diaria. A través de esculturas, instalaciones y performances, la artista danesa examina cómo los objetos llevan consigo historias simbólicas y materiales, revelando los sistemas de producción, comercio, consumo y descarte que los atraviesan. Su práctica parte de elementos encontrados —desde cerámicas y muebles hasta animales taxidermizados o reproducciones comerciales— para poner en evidencia cómo estos cambian de significado según el contexto en el que se presentan. En sus obras, lo común y lo excepcional, lo utilitario y lo artístico, lo material y lo performático se yuxtaponen, cuestionando jerarquías sociales, económicas y culturales. De este modo, Beier convierte lo familiar en extraño y plantea escenarios que obligan al espectador a reconsiderar su relación con los objetos y las estructuras de poder que los sustentan.
De este modo, la exposición no solo marca un hito en la trayectoria internacional de la artista, sino que también abre una oportunidad única para el público portugués de acercarse a un corpus de trabajo que ha sido mostrado en museos y bienales de todo el mundo, y que ahora se integra de manera singular en el contexto de la Fundación Albuquerque.
La muestra propone al público una mirada crítica y renovada sobre los objetos que la conforman, al tiempo que plantea una reflexión más amplia acerca de la manera en que el valor, el poder y el deseo se entrelazan en el ámbito del arte y, por extensión, en la propia estructura social. La artista no ejecuta sus obras personalmente, al menos no en el sentido convencional asociado con la práctica artística. Ella investiga el "mercado" hasta que encuentra los elementos que está buscando.
