Meana ha inaugurado la exposición Humano y urbano en el Castell de Benedormiens, en Castell-Platja d'Aro, con una treintena de obras, muchas de las cuales han sido cedidas por coleccionistas. La pieza central de la muestra es un gran óleo sobre lienzo que mide ocho metros de ancho por casi dos metros y medio de altura.
La artista presenta una cuidada selección de piezas que podrán verse hasta el 28 de septiembre, una muestra que refleja la riqueza y la complejidad de su trayectoria creativa. Este conjunto de obras pone de manifiesto la gran diversidad tanto de técnicas como de temáticas que ha ido explorando a lo largo de los años, en un proceso de búsqueda constante que huye deliberadamente de las fórmulas repetitivas. Cada pieza se concibe como un nuevo reto, un territorio diferente que el artista afronta con una mirada renovada y un enfoque específico, lo que le ha permitido desarrollar un lenguaje visual personal, con gran capacidad de adaptación y una clara voluntad de transformación continua.

Acto de presentación de la nueva exposición de Kike Meana.
La muestra incluye trabajos que van desde paisajes -tanto urbanos como naturales- hasta estudios profundos de la figura humana. Cada uno de estos ámbitos es abordado con una sensibilidad particular, variando en el trazo, el ritmo compositivo y el uso de los materiales, lo que revela no sólo la versatilidad del artista, sino también su compromiso con una práctica artística viva, abierta a la experimentación y al diálogo con el mundo que le rodea. En este sentido, la exposición se convierte en una oportunidad para adentrarse en un universo creativo en constante evolución, donde cada dibujo es testigo de una mirada que observa, interpreta y reformula la realidad desde perspectivas siempre cambiantes.
En el Castell de Benedormiens se podrá recorrer variedad de estilos con Kike Meana y la exposición Humano y urbano donde se ofrece al espectador múltiples interpretaciones y experiencias estéticas. La variedad de recursos visuales que Kike Meana utiliza en cada una de sus obras es uno de los rasgos distintivos más destacables de su producción artística. Lejos de limitarse a una sola técnica oa una estética reconocible, Meana experimenta con múltiples lenguajes plásticos, texturas, composiciones y enfoques formales que enriquecen profundamente cada prenda. Esta capacidad de innovación constante le permite dotar a sus creaciones de una expresividad muy personal, donde cada trazo, cada sombra o cada elección cromática suma matices a un relato visual intenso y profundamente humano.

Esta versatilidad no sólo aporta singularidad a cada obra, sino que invita al espectador a realizar un recorrido emocional y visualmente rico a través de su universo creativo. Es un viaje que no se mantiene en la superficie, sino que apela directamente a la sensibilidad ya la interpretación individual, despertando múltiples lecturas posibles. En este sentido, el trabajo de Meana no sólo se admira por su calidad técnica, sino también por la capacidad de generar conexiones íntimas con el público, que se ve interpelado por la fuerza y complejidad de las imágenes, cargadas de intención y abiertas al diálogo.
Actualmente, Kike Meana se encuentra inmerso en cuya creación será, hasta ahora, la pieza más ambiciosa y de mayores dimensiones de su trayectoria artística: un imponente óleo sobre lienzo que mide ocho metros de ancho por 2,40 metros de altura. Esta obra monumental nace con la voluntad de fijar, a través del lenguaje pictórico, una memoria visual de la DANA que golpeó con fuerza a la ciudad de Valencia en octubre de 2024.
Más allá de documentar un episodio climático extremo, Meana plantea esta composición como una crónica simbólica y emotiva de la capacidad humana para resistir, reconstruir y salir adelante ante la adversidad. La obra, que combina una gran potencia narrativa con una ejecución técnica meticulosa, aspira a convertirse no sólo en un testimonio del momento vivido, sino también en una reflexión sobre la fragilidad y la fuerza de las comunidades urbanas ante los cambios globales. Así, el artista convierte algo local en una metáfora universal, con una mirada comprometida y profundamente humanista.