Diapasón es el instrumento que marca el tono en la afinación musical y funciona como metáfora visual en el trabajo artístico. En su día lo utilizó el artista Jordi Benito para crear parte de sus obras y ahora Marina Pérez Simão titulada Diapasão. Su nueva exposición en el Instituto Tomie Ohtake de Sao Paulo, del 15 de agosto al 19 de octubre.
La artista explora frecuencias sensoriales a través de la pintura y utiliza la yuxtaposición y acumulación de recuerdos e imágenes, explorando lo emocional y lo ambiental a través de técnicas mixtas como óleo, acuarela, collage y dibujo. La obra de la artista de Vitória juega con lo abstracto, la luz, los paisajes internos y externos, evocando memoria y experiencia visual.

Reconocida como una de las coloristas más destacadas de su generación, la artista ha desarrollado una obra profundamente sensorial que se caracteriza por una exploración intensa de la luz, el color, la textura y el movimiento. A través de una paleta vibrante y composiciones cuidadosamente estructuradas, su trabajo logra generar un impacto visual y emocional inmediato, apelando no solo a la mirada, sino también a una percepción más amplia, casi táctil y atmosférica del entorno representado.
Su aproximación al arte es marcadamente sinestésica: los colores parecen emitir sonidos, las texturas evocan temperaturas, y los movimientos sugeridos en sus trazos despiertan sensaciones físicas y emocionales en quien contempla sus piezas. Esta fusión de los sentidos, presente en toda su producción, da lugar a obras que trascienden lo puramente visual para convertirse en experiencias envolventes.

La exposición propone, en este sentido, mucho más que una contemplación pasiva de las obras: se trata de una invitación a sumergirse en un universo cromático y perceptivo, donde cada visitante puede establecer una relación íntima y personal con las piezas exhibidas. A través de esta interacción profunda, la muestra se convierte en un espacio de descubrimiento y conexión sensorial, donde arte y espectador se encuentran en un plano compartido de emoción y resonancia visual.
Marina Pérez Simão ocupa la sala más grande de exposiciones del Instituto Ohtake y este montaje transporta al espectador y a su mirada a recorrer los últimos quince años de su producción, sobre todo la transición del dibujo y las acuarelas de estudio a las grandes pinturas al óleo creadas recientemente entre 2024 y 2025.
Aunque a primera vista estas grandes pinturas puedan parecer fruto de una ejecución espontánea y gestual, en realidad son el resultado de un proceso meticuloso y deliberado. Detrás de cada pincelada fluida se encuentra una dinámica compleja que combina planificación, experimentación y una cuidadosa articulación de elementos formales.

El proceso creativo de la artista se desarrolla en múltiples etapas, comenzando con la elaboración de decenas de estudios preliminares en acuarela. En estos bocetos, ella investiga diferentes posibilidades compositivas, explora gamas cromáticas y experimenta con la construcción de atmósferas, afinando así la estructura visual y emocional de cada obra definitiva.
Esta etapa preparatoria, lejos de limitar la espontaneidad del gesto pictórico, permite que la fluidez y la expresividad del trazo surjan desde un conocimiento profundo de la forma y del color, otorgando a la obra final una fuerza contenida que equilibra libertad e intención.