El CoNCA ha vuelto a poner sobre la mesa un debate necesario: el papel de las personas en el sistema cultural. Con el último informe sobre el estado de la cultura y las artes en Cataluña, el organismo reclama que las políticas públicas dejen de girar en torno a estructuras y presupuestos y se centren en garantizar derechos concretos para quienes viven —y sobreviven— en el ámbito cultural.
Uno de los puntos destacados de este año es la publicación de los resultados de una encuesta sobre condiciones laborales de artistas, creadores y profesionales de la cultura, con la participación de más de 1.200 personas. Según los datos, un 40% deben compaginar varios trabajos para poder sostenerse económicamente, sólo un 35% superan el salario medio y casi una cuarta parte no llega ni al salario mínimo. También se pone en evidencia la desigualdad de género, la baja afiliación sindical, las dificultades para acceder a formación y una falta de reconocimiento generalizada. El informe recoge que sólo un 10% de los participantes están sindicados, lo que, según el CoNCA, contribuye a perpetuar una precariedad crónica.
Presentado ayer 16 de junio en el Parlament de Catalunya y con una sesión abierta al público hoy por la tarde en el Museu Picasso de Barcelona, el informe también hace balance de la situación general del sector. Se constata una recuperación del público y un aumento de la facturación en diversas áreas culturales. En términos económicos, el gasto público en cultura en 2024 ha alcanzado los 1.458 millones de euros, con una media de 182 euros por habitante, la cifra más elevada registrada hasta ahora. A pesar de este incremento, el CoNCA insiste en que es necesario garantizar una mejora real de las condiciones de vida de las personas que hacen posible esta cultura.
Margarida Troguet, de l'informe a la Margarida Troguet, presidenta del CoNCA, entrega l’informe a la consellera de Cultura, Sònia Hernández Almodóvar, acompanyada dels altres membres del plenari.
Entre las recomendaciones que propone el Plenario, se encuentra la implementación efectiva de la Ley de derechos culturales, la aprobación de sus reglamentos y una dotación económica concreta para hacerlo realidad. También se apunta la necesidad de promover la igualdad y la conciliación, reforzar la presencia del catalán en el entorno digital y audiovisual, y revisar los modelos de colaboración público-privada, especialmente en aquellos casos que afectan a servicios básicos como bibliotecas o centros cívicos.
Por lo que respecta a la educación, el documento remarca la importancia de trabajar estrechamente con las escuelas para acercar las artes al aula. Se valora positivamente el Programa para la mejora de la presencia de las artes y la cultura en la educación, que parte del compromiso adquirido durante el 1r Foro de las Artes en la Educación. El CoNCA considera que es necesario ir más allá e incorporar las artes como herramienta pedagógica transversal, formar a los docentes y establecer alianzas con las entidades culturales del territorio.
También se incluyen propuestas para que la diversidad no sea sólo una declaración de intenciones. Se destaca la necesidad de abrir la puerta a colectivos que a menudo han quedado fuera del relato cultural dominante y reflejar esta pluralidad a través de contenidos, formaciones y acciones concretas. En palabras del propio Plenario: "Sin dignidad laboral no puede haber un sistema cultural justo, inclusivo ni transformador" .
Finalmente, el informe pide menos trabas burocráticas y mayor estabilidad para los proyectos culturales de largo recorrido. Entre otros puntos, propone una financiación plurianual y una mayor coordinación entre administraciones. También se pide consolidar el Observatorio de la Cultura con recursos y colaboraciones con universidades y entidades especializadas para mejorar el análisis y seguimiento del sector.
En resumen, el informe del CoNCA aporta datos, contexto y propuestas sobre una realidad que el sector cultural lleva tiempo denunciando. Lo hace poniendo en primer plano cuestiones como la mejora de las condiciones laborales, la equidad de acceso y la eficiencia de las políticas públicas, con el objetivo de construir un sistema cultural más sólido, plural y equilibrado.