Masayoshi Sukita (Japón, 1938) es un fotógrafo japonés que, a principios de los años 70, vio un cartel de David Bowie en Londres y decidió que debía conseguir fotografiarlo. No sabía inglés, pero eso no le impidió hacerse un hueco entre los círculos del músico británico. Lo que debía ser una simple sesión se convirtió en una colaboración artística y en una relación de amistad que se prolongó hasta la muerte del cantante.
Down of Hope, 1973 © Sukita
Ahora, todas estas imágenes se exponen en la galería Fotonostrum, que ha cambiado de local —ya no está en Rocafort, sino en la calle Princesa, 19— y lo celebra con la exposición Bowie x Sukita, una muestra que reúne cerca de setenta fotografías que el japonés tomó en Bowie a lo largo de cuarenta años y que ya se ha hecho. Es un recorrido visual que permite ver cómo evolucionó la imagen del músico y cómo, detrás de cada retrato, se intuye un entendimiento muy especial entre fotógrafo y retratado.
he Next Moment_ 1977 © Sukita
La muestra se podrá visitar hasta el 15 de septiembre, siendo la primera vez que se presenta en el Estado español una recopilación tan amplia del archivo de Sukita. Conciertos, momentos de descanso, viajes a Japón, sesiones pensadas al por menor y otras más espontáneas. Una de las fotografías más famosas es la que dio lugar a la portada de Heroes en 1977. También está la aparición del traje diseñado por Kansai Yamamoto con fondo rojo, que nos lleva a la etapa de Aladdin Sane, y una imagen bastante comentada de un concierto en Japón donde el cantante acabó prácticamente desnudo, con sólo unos.
Gimme your hands, 1973 © Sukita
Bowie y Sukita también compartieron viajes y proyectos, como cuando Bowie apoyó a Iggy Pop para promocionar The Idiot, disco producido por él mismo y con una portada que también firmó Sukita. Hay fotos de Bowie paseando por las calles de Tokio, cambiando de look según el año, incluso en barba ya en la década del 2000.
David Bowie fue más que un músico, un creador total que convirtió la metamorfosis personal y artística en una forma de expresión. En todas estas imágenes se pone de manifiesto su magnetismo inconfundible y la facilidad con la que conectaba con el público, tanto en el escenario como ante la cámara.
A Day in Kyoto 6 - Departure, 1980 © Sukita