Exposiciones
El IVAM acoge una de las exposiciones más completas de Kara Walker en Europa
La obra de Kara Walker explora con crudeza temas como la violencia, la identidad, la raza y la sexualidad, a partir del profundo trauma colectivo dejado por la esclavitud.
El próximo 25 de septiembre, el IVAM inaugura una exposición excepcional dedicada a Kara Walker, una de las artistas más relevantes del panorama contemporáneo internacional. Concebida y producida por el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA), la muestra reúne 44 obras pertenecientes a la Colección Michael Jenkins y Javier Romero, custodiada por el MACA.
La exposición ofrece un recorrido exhaustivo por la trayectoria de Walker, abarcando desde sus primeros trabajos hasta algunas de sus creaciones más recientes. Entre las piezas expuestas se incluyen dibujos, grabados, esculturas, libros de artista y uno de sus vídeos más actuales, configurando un corpus diverso y profundo que permite apreciar la complejidad de su obra.
Destacan las 13 piezas que forman parte de la colección particular de Jenkins y Romero, depositadas en el MACA desde 2021, junto a otras 13 obras llegadas desde Nueva York específicamente para esta exposición. El conjunto constituye una de las recopilaciones más completas de la artista presentes en instituciones europeas, y una oportunidad única para adentrarse en el universo crítico, provocador y poético de Kara Walker.
Kara Walker (Stockton, California, 1969) se ha consolidado como una de las voces más incisivas y complejas del arte contemporáneo internacional. Su obra, profundamente crítica, se adentra en las heridas abiertas del pasado —especialmente las derivadas del legado de la esclavitud— para explorar cuestiones de violencia, identidad, raza y sexualidad.
A través de un lenguaje visual poderoso y perturbador, Walker confronta al espectador con los estereotipos raciales y de género que aún persisten en la sociedad actual. Su trabajo revisita episodios históricos desde una mirada incisiva y cargada de ironía, desvelando las estructuras de poder que han moldeado tanto el imaginario colectivo como la narrativa oficial de la historia.
La exposición se inicia con obras tempranas de Kara Walker, fechadas en 1996 y 1997, que ya anticipan los elementos clave de su lenguaje visual. La primera pieza que se presenta, I’ll Be a Monkey’s Uncle (1996), introduce irónicamente al visitante en el universo inquietante de la artista, marcado por el uso distintivo de siluetas negras recortadas, una técnica que se ha convertido en su sello personal.
Estas siluetas, cargadas de simbolismo y tensión narrativa, reaparecen en obras posteriores como Untitled (Monkey Grinder) [Sin título (Mono triturador)] de 2002, o en la sobrecogedora y a la vez exquisita Restraint [Inmovilización] de 2009, donde Walker continúa explorando con fuerza poética los vínculos entre opresión, deseo y memoria histórica.
Con una firme voluntad de reimaginar los memoriales tradicionales y reafirmando su poder como narradora visual, Kara Walker presenta Katastwóf Karavan (maquette) (2017), una escultura en miniatura realizada en acero recortado y pintado de negro. La pieza representa un calíope —órgano de vapor— montado sobre un vagón, en pleno funcionamiento, que la artista concibió originalmente como un monumento público para Algiers Point, en Nueva Orleans.
Este enclave, cargado de historia y dolor, fue utilizado como centro de detención de personas africanas antes de ser vendidas como esclavas. A través de esta obra, Walker resignifica el espacio con una intervención sonora y visual de gran potencia simbólica. “Hago arte para cualquiera que haya olvidado lo que se siente al luchar”, recuerda la artista, reivindicando la memoria colectiva y la resistencia desde el arte.
"Mi trabajo siempre ha sido una máquina del tiempo que me catapulta hacia atrás a través de décadas y siglos para llegar a comprender de algún modo mi ‘lugar’ en el momento contemporáneo", Kara Walker.
