Cézanne nació en Aix-en-Provence y siempre que pudo regresaba a Aix. La ciudad fue su fuente constante de inspiración, especialmente en sus últimos años, cuando decidió aislarse del bullicio de la ciudad de París y centrarse en su arte. Ahora Aix-en-Provence rinde tributo al artista con la exposición Cézanne en el Jas de Bouffan en el Musée Granet que se podrá ver hasta el 12 de octubre.
Este verano, Aix-en-Provence se transforma en el corazón de una vibrante celebración dedicada a Paul Cézanne, el pintor visionario nacido en la ciudad en 1839 y reconocido como una figura clave en los orígenes del arte moderno. Bajo el nombre de Cézanne 2025, un ambicioso programa de actividades culturales y exposiciones se despliega por toda la ciudad, con el objetivo de honrar el profundo vínculo entre el artista y su tierra natal. El punto culminante será una gran retrospectiva en el Musée Granet, que reunirá obras emblemáticas y piezas excepcionales, convirtiéndose en una cita imprescindible para los amantes del arte.

Paul Cezanne. Les Joueurs de cartes, 1890 – 1895. Musée d’Orsay
Hasta 130 dibujos, acuarelas y pinturas del artista que proceden del Musée d’Orsay, Montreal Museum of Fine Arts, National Gallery of Art de Washington o la National Gallery de Praga. Con una inversión de 30 millones de euros (unos 35 millones de dólares), la ciudad respalda con fuerza este ambicioso homenaje a Cézanne, que también marca la finalización de varios proyectos clave de restauración patrimonial. Esta apuesta económica se apoya en el exitoso precedente del año 2006, cuando la conmemoración del centenario de la muerte del artista atrajo a multitudes de visitantes y dejó un impacto económico estimado en 65 millones de euros.
La propiedad del Jas de Bouffan tuvo un papel central en la vida y la obra de Paul Cézanne, tanto como espacio de creación como fuente de inspiración pictórica. También ha sido objeto de exposiciones específicas, como la organizada bajo el título «Cézanne au Jas de Bouffan», que analiza su relación con este lugar fundamental. Este espacio fue para Cézanne uno de sus primeros talleres y allí desplegó todo su talento para dar forma a jardines o paisajes de la finca. En el Jas de Bouffan inspiró obras como La Maison et le jardin du Jas de Bouffan o Le Bassin au Jas de Bouffan.
Cézanne permaneció vinculado al Jas de Bouffan hasta los últimos años de su vida. Su último modelo en la finca fue el jardinero Vallier, figura serena que posó en el entorno que tanto marcó al pintor. Incluso pocos días antes de su muerte, el 19 de octubre de 1906, Cézanne aún evocaba el lugar: añadió un dibujo del parque en una carta dirigida a su proveedor de materiales.
Tras su reciente restauración, la mansión comenzará a reabrir sus puertas de forma progresiva este verano, invitando al público a redescubrir los vestigios de esa primera esfera íntima —familiar y artística— donde se gestó parte del legado que daría forma a las vanguardias del siglo XX.
Desde Aix-en-Provence, la montaña Sainte-Victoire se alza majestuosa, como un gran altar de piedra rodeado por extensos viñedos y olivos. Paul Cézanne la retrató en más de ochenta ocasiones, explorando cada vez con una paleta más sutil y reduciendo sus formas a planos geométricos esenciales. Esta emblemática formación del paisaje provenzal, que conocía desde su infancia, se convirtió para él en un punto fijo de referencia, un desafío constante que le permitió definir y transformar su estilo artístico. La montaña, que veía como un enigma fugaz, compartía ese interés con su amigo, el poeta Joachim Gasquet, a quien confesaba: «Siento la necesidad de entender su geología, cómo se asienta Sainte-Victoire, cuál es el tono natural de sus tierras, y todo eso me conmueve. He observado que su sombra es convexa, como inflada…».
El arte de Paul Cézanne es fundamental porque marca un punto de inflexión crucial en la historia del arte moderno. Fue un puente entre el impresionismo y el cubismo, innovó en la representación del espacio y la forma, además de buscar de manera constante la verdad visual. Influenció de manera directa en el arte del siglo y su obra abrió caminos para el arte moderno, inspirando a generaciones de artistas y estableciendo un diálogo entre la tradición y la innovación. Es considerado uno de los padres fundadores del arte moderno por su papel en transformar la pintura figurativa hacia nuevas formas de expresión. Cézanne desarrolló un estilo único, con una técnica muy personal que combinaba rigor y libertad.