Exposiciones
Carla Grunauer expone todo su repertorio orgánico y mítico en Piedras
Tercera exposición invidual de la artista de Tucumán en la galería de Buenos Aires.
La Galería Piedras de Buenos Aires abre nuevo ciclo expositivo y lo hace con la muestra La orilla sentimental de Carla Grunauer (Tucumán, 1982), donde explora la pintura, el dibujo y la escultura, indagando en figuraciones que parten de asociaciones libres y que evocan imaginarios primitivos y metafísicos.
Carla Grunauer es una destacada artista visual argentina, nacida en 1982 en Tucumán, y radicada en Buenos Aires desde 2015. Una de sus exhibiciones más relevantes fue su primera muestra individual en un museo, titulada Las oferentes en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (octubre 2021–abril 2022), curada por Lucrecia Palacios. En ella combinó pinturas y esculturas en yeso o fibra sobre tela, representando figuras híbridas, mitad animales, mitad humanos, en constante transformación, con colores fosforescentes y objetos inesperados como nidos o tacones de zapatos.
Mensajes para estructura, Carla Grunauer, 2023.
Esta nueva exposición en Piedras es la tercera de la artista en la galería, donde la orilla se manifiesta como un umbral inestable, una frontera permeable que constantemente se construye y se diluye. Esta idea de fluidez y transformación impregna toda la obra: en las pinturas, la ausencia de línea negra redefine los límites, y los contornos emergen por sustracción, haciendo que figura y fondo broten de una misma sustancia.
Carla Grunauer: El Pasado, Carla Grunauer, 2022.
Las figuras que pueblan estas obras —criaturas ambiguas, a medio camino entre lo orgánico y lo artificial— parecen entregarse a gestos mínimos, casi rituales: actos de exploración, de cuidado, de pausa. Se encuentran suspendidas en una zona intermedia, donde lo humano y lo mecánico se entrelazan sin resolverse del todo, como si habitaran un umbral ontológico. En este universo, Grunauer construye una poética visual profundamente ligada a la dimensión afectiva del retrato. No se trata solo de representar rostros o cuerpos, sino de activar en ellos un campo de sensibilidad desde el cual repensar lo que entendemos por conciencia: no como una entidad cerrada, individual, sino como una red porosa, en constante diálogo con lo que la rodea.
Grunauer ha ido construyendo un universo estético que mezcla lo orgánico con lo mítico, pasando por lo absurdo, siempre articulado a través del cuerpo y sus transformaciones. La artista usa el lenguaje visual con gran fuerza narrativa y gran vivacidad cromática, donde desafía en muchos momentos los límites entre figuración y abstracción.
Okki, de la serie Orgo, Carla Grunauer, 2020.
