La nueva exposición del artista catalán Marcel·lí Antúnez, titulada Natura Centrum Este , reivindica la necesidad de volver a situar la naturaleza en el centro. Se trata de una propuesta de gran formato que se podrá ver en el MNAC del 20 de diciembre de 2025 al 6 de enero de 2026. Naturaleza Centrum Este reúne telones y objetos procedentes de acciones, instalaciones y murales creados por Marcel·lí Antúnez Roca con la participación de personas y colectivos diversos y heterogéneos4. La escalera y la singularidad de las piezas expuestas, concebidas inicialmente para el espacio público o para rúas de calle, adquieren en la Sala Oval una nueva lectura.

Los diez módulos y la figura gigante de Vulcano, creada para la acción Fargabudell (2014), articulan cientos de objetos, entre los que destacan los telones párpado y los dibujos gigantescos que, a la manera de los libros pop-up, transforman su apariencia cuando se activan.
La dimensión excepcional de la obra permite mostrarla en toda su magnitud en la Sala Oval del MNAC e invita al público a una inmersión plena en el universo creativo del artista.
Con esta muestra, Antúnez también hace hincapié en la dimensión colectiva. "El centro de todas las cosas es la naturaleza, y las pantallas nos convierten en prisioneros del algoritmo. Con este formato de propaganda -hecho con madera y papel- queremos reivindicar el momento histórico que vivimos, volver a cerrar filas y tocar la tierra con las manos", ha explicado el artista durante la presentación de la exposición este viernes.

Otro eje central de la exposición es el conjunto de carteles y elementos de propaganda creados por Antúnez. Este corpus, formado por esculturas, eslóganes e imágenes pintadas a mano, funciona a su vez como objeto plástico y como herramienta de movilización colectiva. A pesar de presentarse en un entorno museístico, las activaciones diarias preservan su energía y funcionalidad originales.
Las piezas concebidas para ser llevadas por los participantes, que revisitan el imaginario folclórico y ritual desde una mirada contemporánea, evocan tradiciones populares –como la iconografía de la Semana Santa– para transformarlas en un lenguaje festivo, participativo y reivindicativo.
La combinación de estos tres ámbitos —la escala de la obra, los objetos de propaganda y la reinterpretación del imaginario folclórico— dota a la exposición de una personalidad propia, cálida y cercana, que invita al público a explorar diversas formas de experiencia. Algunas piezas se activan en el marco de talleres y rúas y son vividas directamente por los visitantes, mientras que otras se presentan para una contemplación estrictamente museística.

Esta instalación efímera celebra la naturaleza, la comunidad y el arte como experiencias compartidas y utópicas, y ofrece una oportunidad única para sumergirse en un universo onírico y participativo, del que el público puede formar parte a través de talleres creativos para toda la familia, concebidos y dinamizados por el propio Antúnez.
"Parece que sea una obra de museo, pero no quería perder la esencia de que todo esto son cosas producidas en la calle, en una celebración", ha explicado Antúnez sobre la decisión de llevar la exposición a otro nivel expresivo.