Inexorable de Colita es la nueva exposición en RocioSantaCruz, abierta hasta el 15 de marzo de 2026. La muestra propone una pausa consciente, casi necesaria, para adentrarse en una mirada singular e inconfundible a partir de un conjunto de fotografías vintage realizadas entre 1960 y 1980. a una observación atenta y sin prisas.
El recorrido permite redescubrir el universo creativo de Colita, atravesado por una sensibilidad lúcida, irónica y profundamente humana, a la vez que ofrece un retrato denso de un período clave de la historia cultural y social. Las imágenes, más allá de su valor testimonial, mantienen una sorprendente vigencia y revelan la fuerza de una autora imprescindible, capaz de interpelar al espectador desde la sutileza y la complejidad.

©Archivo Colita Fotografía.
Colita (Isabel Steva) es una de las figuras más prolíficas y determinantes de la fotografía en nuestro país. Trabajadora incansable compartió formación, amistad y complicidades creativas con nombres como Xavier Miserachs, Oriol Maspons, Leopoldo Pomés o Francesc Català-Roca. De esta trayectoria surge un archivo vastísimo, construido a partir de una curiosidad insaciable y de un interés constante por todo lo que conforma la vida cotidiana y sus márgenes.
El proyecto impulsado por RocioSantaCruz y el Archivo Colita, que se exhibe ahora por primera vez de forma íntegra, trasciende el registro estrictamente documental para convertirse en un espacio de encuentro y fricción. Las imágenes establecen un diálogo abierto entre presencias y ausencias, entre capas temporales superpuestas y miradas que se reconocen y transforman con el paso de los años. La fotografía se presenta aquí como una materia viva, atravesada por la memoria, la experiencia y el cambio, donde nada es inmutable ni definitivo.
El relato que articula el conjunto se inscribe dentro de una estética de lo cotidiano, desde la que Colita confiere densidad histórica y simbólica a la aparentemente banal. Sus imágenes no se limitan a mostrar, sino que documentan e interrogan, convirtiéndose en testigos activos de una realidad observada con lucidez y espíritu crítico.

©Archivo Colita Fotografía.
Parte de estas fotografías vieron la luz inicialmente en dos publicaciones ya canónicas: Una tumba , realizada con el escritor Juan Benet (Lumen, 1971), y Els Cementiris de Barcelona: una aproximación (Edhasa, 1981), con imágenes también de Pilar Aymerich y textos de Carme Riera. Más adelante, una selección del conjunto pudo verse en la galería La Carbonera (2005) y en la Fundación La Pedrera (2014), consolidando la relevancia y la persistencia de este corpus fotográfico.
Tal y como señala Francesc Polop, director y heredero del Archivo Colita, las imágenes de esta serie giran en torno a objetos abandonados, paisajes deshabitados y espacios marcados por el uso, es decir, del paso del tiempo y de su inexorabilidad. Para hacer visible este proceso de forma radical, Colita optó por realizar copias con un baño final de té y someterlas después a un abandono deliberado en un espacio oscuro y húmedo, expuestas a la humedad, polvo y filtraciones de agua. Este gesto consciente de degradación material da forma a una serie concebida, no sin ironía, para los amantes del vintage.
Con Colita. Inexorable , la mirada del espectador se convierte en parte activa del proyecto, estableciendo un diálogo abierto y poético con nociones como el tiempo, la materia y la memoria colectiva. La muestra no sólo revisita un archivo, sino que lo reactiva, proponiendo una reflexión crítica sobre la persistencia de las imágenes y su capacidad de interpelar al presente.

©Archivo Colita Fotografía.