El Museo Nacional del Prado se sumará a la gran exposición Le Grand Dauphin, organizada por el Palacio de Versalles entre el 14 de octubre de 2025 y el 15 de febrero de 2026. Para la ocasión, la pinacoteca madrileña contribuirá con un conjunto excepcional de piezas del Tesoro del Delfín, además de varios retratos que permiten acercarse a la imagen y la memoria de la familia Borbón. La muestra, de carácter monográfico, plantea redescubrir la figura de Luis de Francia, hijo de Luis XIV y padre de Felipe V, a través de su faceta como coleccionista y mecenas.
El Museo del Prado contribuirá a la exposición con el préstamo de cuatro retratos: Luis de Francia, el Gran Delfín, de Jean Nocret —restaurado especialmente para la ocasión y que lo muestra en la ceremonia de su bautismo—, acompañado por María Teresa de Francia, del mismo autor; así como La reina María Teresa de Austria y el Gran Delfín de Francia y Luis de Francia, el Gran Delfín, padre de Felipe V, ambos realizados por Charles y Henri Beaubrun. Estas obras constituyen un capítulo fundamental de la memoria dinástica de los Borbones y, dado que apenas encuentran paralelo en Francia, confieren al préstamo un valor excepcional.

Vaso oriental de jade con pie de plata dorada Taller de la Dinastía Ching; Debourg, Michel Plata dorada y jade nefrita, Siglo XVII (Vaso); 1684 - 1687 (Guarnición) Madrid, Museo Nacional del Prado.
El título de “delfín” (dauphin) se otorgaba al heredero de la Corona francesa desde el siglo XIV, cuando el Delfinado de Vienne, cuyo señor llevaba ese nombre, pasó a integrarse en los dominios reales. De ahí que el primogénito del rey fuese conocido como el Delfín de Francia. El apelativo de “Gran Delfín” se aplica de manera particular a Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV, el Rey Sol, quien ostentó el rango de heredero durante toda su vida, aunque nunca llegó a reinar al fallecer antes que su padre. Para diferenciarlo de su propio hijo, Luis de Borgoña, también heredero, se le conoció con este sobrenombre, mientras que al nieto del Rey Sol se le llamó el “Pequeño Delfín”.
Además, el Prado enriquecerá la muestra con un selecto conjunto de joyas del Tesoro del Delfín, entre las que destacan el delicado Vaso oriental de jade con pie de plata dorada (siglo XVII), la elegante Bandeja oval de heliotropo con retícula octogonal y el exquisito Jarro de pico de heliotropo, obra del célebre taller de los Miseroni. Junto a ellos viajarán también varios de los estuches originales que solo se conservan en esta institución, testigos silenciosos de un legado irrepetible y verdaderas rarezas en el panorama mundial. Estas piezas, talladas en cristal de roca, jade, lapislázuli y engalanadas con metales preciosos, evocan el refinamiento del Delfín y su pasión por un coleccionismo de lujo que transformó cada objeto en un símbolo de poder, belleza y eternidad.