Durante muchos años, la fachada posterior de la Casa Batlló ha sido eclipsada por su imponente fachada principal que mira al paseo de Gràcia. Pero ahora, ese lado más discreto del edificio ha brillado de nuevo gracias a un proceso de restauración que ha permitido recuperar el color negro original que Gaudí le había dado. Ese tono oscuro, que durante décadas había quedado escondido bajo una capa de pintura color crema, vuelve a mostrarse después de una intervención que no sólo ha puesto en valor la estética, sino también el rigor documental.
El proyecto, dirigido por el arquitecto Xavier Villanueva -vinculado a la Casa Batlló desde hace más de veinte años- ha sido el primero que ha abordado de forma global esta parte del edificio. Según Villanueva, "hemos recuperado una imagen de la fachada, que, si no es la de 1906, es la más cercana", y añade que se ha actuado "con criterios científicos y gracias a una base documental extensa". También se han restaurado otros elementos originales, como el caracol de hierro y las rejas de los balcones, que vuelven a lucir en blanco de plomo, el color original.
Abans i després de la restauració. © Casa Batlló
Los trabajos, que han contado con la participación de unos cuarenta técnicos y especialistas, han tenido un presupuesto de 3,5 millones de euros y se han alargado varios meses. Durante este tiempo, se han eliminado las intervenciones que se realizaron durante las décadas de los cincuenta y noventa, centradas más en reparaciones que en una recuperación fiel. También se ha trabajado en el patio de la Planta Noble, un espacio situado junto al comedor, pensado originalmente como refugio tranquilo para la familia Batlló. Aquí se han vuelto a colocar jardineras y una pérgola de brezo en forma de parábola, elementos que se habían perdido con el paso del tiempo.
Uno de los detalles más laboriosos ha sido la restitución del pavimento del patio, compuesto por 85.000 piezas de mosaico Nolla, que se ha rehecho siguiendo las técnicas artesanales de principios del siglo XX. Paralelamente, se han restaurado las rejas, puertas, paredes y decoraciones hechas con trencadís y estuco. Se trata de una actuación que culmina la restauración más amplia jamás realizada en la Casa Batlló. Según Villanueva, existe una conexión sutil entre esta fachada posterior y la principal, más allá de las diferencias aparentes. "Los colores y la reinterpretación o la incorporación de la naturaleza en la arquitectura" son puntos de contacto entre ambas caras del edificio. En la principal predomina el agua y el movimiento; en cambio, en la posterior se deja ver más el vínculo con el mundo vegetal.
Abans i després de la restauració. © Casa Batlló
Este proyecto coincide con el 20 aniversario de la declaración de la Casa Batlló como Patrimonio Mundial por la UNESCO. La restauración se ha llevado a cabo tanto en el edificio como en diversos talleres artesanales, manteniendo vivo el espíritu original de la obra pero aplicando herramientas actuales, como la fotogrametría o el escaneo 3D, para asegurar su precisión. Todo ello se trata de un descubrimiento que, después de más de un siglo, da una nueva lectura a una de las obras más emblemáticas de Gaudí.