La retrospectiva de Alfonso Galván (Madrid, 1945) que se presenta en Marco de Vigo ofrece una visión de su trayecto artístico, abarcando diversas etapas de su carrera, desde los años setenta hasta la actualidad. Esta exposición, comisariada por Miguel Fernández-Cid , pone de manifiesto cómo Galván creó un lenguaje propio, influenciado por el hiperrealismo estadounidense, el realismo fotográfico, el arte pop y el realismo fantástico.
Formant-se a l'Acadèmia de Belles Arts de San Fernando, Galván va ser part d'una generació d'artistes nascuts als anys quaranta que van començar a destacar a partir dels setanta, presentant la seva primera exposició individual a Madrid el 1973. La seva obra, difícil de classificar, fusiona un simbolisme personal amb una realitat reinterpretada mitjançant un profund procés d'observació, on l'artista cerca l'essència de les coses. A través de su pintura, invita al espectador a reflexionar sobre el mundo y la condición humana.
Una historia de amor, Alfonso Galván. Sala Retiro
La exposición a Marco, que se podrá visitar hasta septiembre, presenta dos vertientes destacadas de su obra. Por un lado, escenas cerradas con fuerte presencia de animales, inspiradas en fotografías familiares tomadas en África en los años cincuenta. Por otro lado, existen paisajes más abiertos, con una clara influencia orientalista, y fragmentos del Daodejing, un texto que Galván no sólo tradujo, sino también ilustrar y caligrafiar. Tal y como puede verse en la muestra, aunque su estudio es su espacio de trabajo, la naturaleza y su fascinación por diversas culturas impregnan profundamente su obra. Con el tiempo, su estilo ha evolucionado, pasando de una temática más social a una pintura llena de referencias culturales, símbolos y una dimensión onírica.
En cuanto a su método de trabajo, Galván asegura no seguir un método cerrado ni realizar bocetos previos; prefiere lanzarse directamente a la tela, dejando que la pintura le guíe. En lugar de representar escenas concretas, permite que los recuerdos, historias e imágenes tomen forma. Las obras expuestas ayudan a comprender mejor esta forma de trabajar, donde la pintura se desarrolla de manera orgánica hasta alcanzar su conclusión.
Tótem, Alfonso Galván (1991). Cortesia MARCO / UM Fotografía
Pese a su destacada irrupción en la escena artística española de los años setenta y su presencia en espacios de prestigio como el Museo Reina Sofía, su nombre no siempre figura entre los más citados en los grandes relatos de la pintura contemporánea. Quizás por su falta de encaje en etiquetas concretas o por el hecho de que su ritmo de trabajo nunca se ha dejado arrastrar por las tendencias artísticas del momento. Sin embargo, esta retrospectiva es una oportunidad única para descubrir o redescubrir su obra y adentrarse en su singular universo pictórico.
Los sueños de la razón, Alfonso Galván (2024). Cortesia MARCO / UM Fotografía