Zielinsky presenta en el sector Positions de Art Basel Miami Los panameños del parque de Miami, una exhibición individual del artista chino-afro-panameño Cisco Merel. El stand incluye tres propuestas distintas: una instalación que se activó con la participación de ensambladores de arte latinoamericano y amigos en los días previos a la apertura de la feria, un mural elaborado con una mezcla de barro panameño y de Miami, y una serie de pinturas sobre lienzo.
Nacido en 1981 en Ciudad de Panamá, Merel se ha consolidado como una de las voces más originales del arte contemporáneo latinoamericano. Formado en Bellas Artes y con experiencias en residencias artísticas en Nueva York, París y Leipzig, trabajó junto al taller del maestro Carlos Cruz-Diez, cuyo legado ha dejado una huella en su exploración del color y la geometría.

Su obra combina abstracción, tipografía y arquitectura, recurriendo a una paleta cromática intensa y a formas geométricas que dialogan con el espacio. Merel trasciende los límites de la pintura tradicional, incorporando escultura, instalaciones y proyectos de espacio público, y explorando materiales poco convencionales, como la tierra, que se convierte en un símbolo de identidad, memoria y raíces colectivas.
El artista aborda los temas del giro etnográfico en el arte contemporáneo desde una perspectiva situada, donde confluyen personas, sangre y tierra: la “gente” como comunidad, la “sangre” como herencia y la “tierra” como un territorio cargado de afecto y memoria. En su trabajo, Merel rescata técnicas tradicionales mientras entrelaza elementos occidentales con la cosmovisión mesoamericana. En su contexto panameño, el barro se transforma en mucho más que un material: permite recuperar la dinámica del trabajo colectivo presente en la construcción tradicional de casas de quincha. La tierra se convierte así en hogar, símbolo, portadora de cosmologías precolombinas y reflejo de lo popular, abrazando raíces indígenas, mestizas y criollas.

Por su parte, las pinturas sobre lienzo, entre ellas Silencio Solar y El mundo de aquí y ahora, son parte de su investigación sobre el hiperlito, un “megalito fantástico” que se transforma en forma y significado. Estas obras funcionan como una suerte de notación musical visual, donde las variaciones de color y geometría representan intensidad, ritmo y transformación, estableciendo un diálogo entre forma, color y emoción.
