La Natividad que actualmente se exhibe en el Museo del Prado es una delicada obra gótica atribuida a Rodrigo de Sajonia. Originalmente, formaba parte del retablo mayor del monasterio de Villanueva de Sijena, en la provincia de Huesca, un conjunto artístico de gran valor histórico y patrimonial.
En paralelo al prolongado litigio que Aragón mantiene con el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) por las pinturas murales de este cenobio, ha surgido ahora un nuevo frente: la eventual reclamación de esta tabla. La cuestión radica en determinar si la pieza abandonó el monasterio de manera irregular tras 1936, en el contexto convulso del inicio de la Guerra Civil.
La vicepresidenta del Gobierno de Aragón, Mar Vaquero, anunció este miércoles que el Ejecutivo presidido por Jorge Azcón está dispuesto a iniciar los trámites para recuperarla, siempre que se confirme su salida ilegal. Esta postura se apoya en las conclusiones del investigador y perito del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, Juan José Nieto, quien ha analizado la documentación aportada por el MNAC. Estos documentos, procedentes del propio cenobio y fechados en los primeros compases del conflicto bélico, apuntarían a que la Natividad fue trasladada sin autorización, lo que abriría la puerta a su reivindicación oficial.

En 1923, el monasterio fue declarado Monumento Nacional, lo que implicaba que todas las obras de arte que albergaba en ese momento pasaban a ser bienes inalienables, es decir, que no podían ser vendidas. La pieza La Natividad fue adquirida por el Estado en una subasta celebrada en 2003 por un importe cercano a los 90.000 euros. Tras hacerse pública la investigación, después de ver la documentación aportada por el Museu Nacional d’Art de Catalunya, la historiadora y exdirectora general de Patrimonio del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón, manifestó en X que Juan José Nieto “debería ser más riguroso” con la información que facilita a los medios. Según Menjón, “la mesa no podía encontrarse en la sala capitular de Sijena en 1936”, ya que, de haber sido así, “se habría quemado” durante los sucesos de aquel año. A su juicio, el perito estaría confundiendo las fechas de las fotografías que maneja.
Ante estas declaraciones, fuentes del Ejecutivo aragonés han optado por mostrar prudencia y recalcan que la posible reclamación de la pintura aún está sujeta a la verificación de los datos y a la confirmación de su salida irregular del monasterio.
En la misma línea, el historiador y exconservador del Museo de Lleida, Alberto Velasco, ha aportado nuevos indicios a través de un hilo publicado en X. Según explica, existen documentos que sitúan la obra en una casa de subastas londinense en 1926. En concreto, cita un número de la revista Arte Español de ese año, que incluía un artículo titulado Cuadros españoles en el mercado internacional. En él se reproducen fotografías de la mesa y se indica que estaba a la venta en la galería A.L. Nicholson de Londres.
El Gobierno de Aragón ha reiterado su disposición a emprender las acciones necesarias para recuperar la tabla, siempre que se verifique que su salida del monasterio se produjo de forma ilícita después de 1923. Desde el Ejecutivo autonómico insisten en que cualquier reclamación se basará en pruebas documentales sólidas y en el respaldo de los informes técnicos correspondientes.
Por su parte, el Museo del Prado ha señalado que su actuación se regirá estrictamente por el contenido del informe oficial que se elabore sobre el caso y por lo que establezca la legislación vigente. La pinacoteca subraya que, en caso de que se demuestre algún tipo de irregularidad en la procedencia de la pieza, aplicará las medidas oportunas conforme a la normativa de patrimonio.