Exposiciones
Desplazamiento: naturaleza, memoria y frontera con Malagrida y Pernot
Entre pigmentos, vegetación y barreras: como Malagrida y Pernot revelan la memoria, la historia y la fragilidad ecológica del paisaje en la Galería Senda.
La mirada es la principal herramienta del artista y del público. A través de los ojos, colores, formas y texturas adquieren sentido, y cada obra se convierte en un diálogo silencioso entre quien crea y quien contempla. Observar no sólo es ver: es interpretar, emocionarse y descubrir historias escondidas en detalles que a primera vista pasan desapercibidos. En el mundo del arte, la mirada despierta la imaginación y transforma la experiencia visual en un viaje personal y único. En la Galería Senda se presenta Desplazamientos de Anna Malagrida y Mathieu Pernot, la nueva exposición temporal de la galería de arte en la calle Trafalgar de Barcelona.
En la Galería Senda, Desplazamientos que se podrá ver hasta el 18 de enero, de Anna Malagrida y Mathieu Pernot, propone justamente esto: explorar cómo la historia, la naturaleza y la memoria confluyen en el paisaje. Sus obras muestran la fragilidad de los ecosistemas y huellas históricas de quienes los han atravesado, revelando cómo los movimientos de plantas, animales y personas han configurado territorios marcados por dinámicas políticas, económicas y afectivas.
Anna Malagrida, Paisaje #4, 2025.
Malagrida explora la chumbera y la cochinilla roja a través de un juego de superposiciones cromáticas sobre superficies transparentes. Las variaciones de rojo —pigmento carmín, introducido en el Mediterráneo en el siglo XVI— se superponen al paisaje del Cabo de Creus, creando una doble temporalidad e introduciendo una dimensión ecológica contemporánea.
Pernot, por su parte, dirige su cámara al bosque fronterizo de Melilla, donde el eucalipto —importado de Australia en el siglo XIX— se convierte en testimonio silencioso de las restricciones al movimiento humano. Desde esta vegetación, el segundo plano revela las rejas metálicas y las alambradas de púas que dividen el territorio y dibujan la frontera entre estados. Los polípticos fragmentan el espacio, evocando la lógica de la frontera y la memoria del territorio.
Juntos, Malagrida y Pernot transforman el paisaje en un flujo vivo de memoria, historia y ecología, invitando al espectador a percibir la complejidad de los territorios y la persistencia de sus huellas.
Mathieu Pernot, Melilla, 2022.
