La exposición Artur Carbonell. Más allá de la máscara reúne más de 170 piezas -entre pinturas, dibujos, fotografías, carteles, escenografías y documentos inéditos- procedentes del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, del Museo Nacional de Arte de Cataluña, del Museo de Historia de Girona, de la Fundación JV Foix, así como de otras instituciones y colecciones. La muestra reivindica la figura de Artur Carbonell como uno de los grandes nombres del realismo mágico y del surrealismo catalán, y pone en valor su papel pionero en el teatro de vanguardia en el Estado.
Los Museos de Sitges inauguran este 20 de noviembre la mayor retrospectiva dedicada hasta ahora al artista de Sitges Artur Carbonell y Carbonell (1906–1973), comisariada por los historiadores del arte Ignasi Domènech Vives y Mariona Seguranyes Bolaños, un creador poliédrico que destacó en campo y la pedagogía. Más allá de la máscara ofrece una mirada integral a su trayectoria y sitúa su obra en el lugar que le corresponde en la historia cultural catalana.

La exposición, impulsada por el Consorcio del Patrimonio de Sitges, presenta por primera vez una panorámica exhaustiva de la trayectoria artística de Artur Carbonell. Reúne más de 170 piezas -pinturas, dibujos, fotografías, carteles, escenografías y documentos inéditos- que permiten entender la amplitud creativa del artista. La muestra se reparte en dos espacios de los Museos de Sitges: la Sala Barcos del Palacio de Maricel, que alberga su producción pictórica, y la planta baja del Museo de Maricel, donde se despliega su faceta como director teatral y escenógrafo.
Artur Carbonell y Carbonell (Sitges, 1906–1973) fue uno de los creadores más singulares del arte catalán del siglo XX. Pintor, escenógrafo, director teatral y pedagogo, su trayectoria combina la investigación plástica con una intensa actividad escénica que le sitúa como pionero del teatro de vanguardia en el Estado. Tras iniciar estudios de arquitectura, que pronto abandonó, Carbonell se decantó definitivamente por la pintura. En 1929 viajó a París con Joaquim Sunyer, un periplo decisivo que le pondría en contacto con las vanguardias europeas y marcaría para siempre su lenguaje visual. En su obra pictórica, se mueve entre el realismo mágico y el surrealismo, con paisajes y composiciones oníricas, a menudo de gran pureza formal y un notable componente simbólico.

Paralelamente, Carbonell desarrolló una prolífica carrera en el mundo del teatro. Dirigió obras de Cocteau, Shakespeare o Eurípides, y diseñó escenografías y vestuario que destacaban por su modernidad y sentido plástico. Fue profesor de Dibujo y Realizaciones Escénicas en el Instituto del Teatro de Barcelona, del que acabaría siendo subdirector, y también fundó su propia compañía, el Teatro del Arte. En Sitges, su implicación en la vida cultural fue constante, dejando una impronta que aún perdura.