Aprendizaje en la desobediencia de Isabel Coixet es la primera exposición individual de la cinesta española y lo hace creando un recorrido particular en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid. Una exposición temporal que se podrá ver hasta el 14 de septiembre dentro del festival PHotoEspaña 2025, comisariada por Estrella de Diego.

Guérrillero de canapé, Isabel Coixet, cortesía de la artista, 2014.
Se presenta una cuidada selección de 50 collages inéditos realizados por Isabel Coixet entre los años 2015 y 2024. Estas obras, construidas a partir de técnicas mixtas, combinan recortes de revistas, imágenes fotográficas y elementos del entorno cotidiano, a menudo acompañados de frases en distintos idiomas que amplifican su carga simbólica. La muestra se configura como una exploración íntima y profundamente literaria, en la que cada collage actúa como un fragmento narrativo cargado de sensibilidad y lirismo.
Lejos de responder a normas estéticas o expectativas externas, Coixet entiende esta práctica como un acto de expresión libre y honesta, un territorio creativo que le permite alejarse de las convenciones sociales y del impulso de complacer. Sus composiciones, a medio camino entre el diario visual y la poesía visual, ofrecen un retrato complejo y multifacético de su mundo interior, revelando obsesiones, ironías, recuerdos y deseos en una forma visual que invita a la contemplación pausada y a la interpretación personal.

My homework is to practice civil desobedience, Isabel Coixet, cortesía de la artista, 2024.
Tal como señala Estrella de Diego, las obras de Isabel Coixet irradian la misma actitud de desobediencia creativa que atraviesa su filmografía. En sus collages, como en sus películas, aborda lo cotidiano —esas pequeñas cosas que a menudo pasan desapercibidas— con una sensibilidad que desafía lo aparentemente trivial. Lo doméstico, lo íntimo o lo anecdótico se transforman en preguntas de calado, tratadas desde perspectivas insólitas y sugerentes. En este universo visual, las frases en distintos idiomas funcionan como interrupciones poéticas o detonantes narrativos: pequeñas señales que guían o desvían la mirada, abriendo múltiples capas de lectura. Esta práctica refleja su voluntad de multiplicar sentidos y construir relatos fragmentarios, en los que la interpretación queda siempre en manos del espectador.
Destacan entre los collages expuestos My homework is to practice civil disobedience de 2024, una obra digital que refleja el espíritu de resistencia política, o Guerrillero de canapé de 2014, una pieza que reúne y combina elementos de la vida cotidiana con una estética guerrillera. Isabel Coixet ha expresado que el collage le brinda una forma de capturar aquello que escapa a otros lenguajes, una manera de atrapar lo efímero desde la libertad absoluta del gesto artístico. Esta práctica, que se aleja de las restricciones técnicas y narrativas del cine, le permite explorar territorios más intuitivos y personales. Aunque sus collages conforman un universo paralelo e independiente de su filmografía, ambos mundos comparten una misma sensibilidad fragmentaria y una mirada profundamente narrativa: la capacidad de construir historias a partir de retazos, gestos mínimos y asociaciones inesperadas.