Barrão expone todo su universo creativo con Teia à Toa en el Museo Oscar Niemeyer de Curitiba, Brasil. Comisariada por Luiza Mello, se ha creado un recorrido con 70 obras realizadas por el artista de Río de Janeiro en las últimas dos décadas y que se podrá ver hasta el 30 de noviembre en la Sala 3 de la sede museística brasilera.
Se trata de un escultor y artista multimedia brasileño autodidacta, reconocido por sus esculturas de alto impacto visual hechas a partir de objetos cotidianos reutilizados –sobre todo fragmentos de cerámica y porcelana de estética kitsch– que fusiona en composiciones híbridas e ingeniosas. En el Museo Oscar Niemeyer expone esculturas de cerámicas multicolor, piezas en resina y bronce, además de acuarelas e instalaciones.

Embrusado, 2025.
La comisaria Luiza Mello define la exposición como un “bosque de formas y colores” en el que todo se encuentra sutilmente entrelazado por hilos invisibles. Las piezas expuestas emergen de un ensamblaje libre y espontáneo de elementos del pasado que, al ser reconfigurados, adquieren nuevos sentidos dentro del lenguaje artístico.
Primera exposición individual de Barrão en Curitiba, donde se ofrece una experiencia visual espectacular, lúdica y reflexiva sobre su arte, objetos creados y posibles transformaciones. “El resultado es casi una alusión a la vida, a lo imponderable que a menudo destruye las predicciones y nos deja solo la posibilidad de adaptación”, dice. “Barrão instiga al invertir el sentido original de los objetos con humor, ironía y poesía”, comenta Juliana Vosnika, drectora-presidenta del MON.

Pancadao, 2018.
Barrão ha desarrollado a lo largo de su trayectoria un lenguaje artístico profundamente marcado por la intuición y la transformación. Su obra se construye a partir de la combinación de elementos cotidianos: objetos fácilmente reconocibles que provienen de nuestro entorno doméstico y urbano. En su taller, estos objetos se acumulan en estantes que funcionan casi como gabinetes de curiosidades contemporáneos. Las piezas, provenientes de orígenes diversos, se organizan según criterios que responden más a una lógica intuitiva y personal que a una clasificación racional.
De esta acumulación y reagrupamiento nacen esculturas híbridas, que rompen con las convenciones funcionales y estilísticas de los objetos originales. Al ser reconfigurados, estos fragmentos pierden su utilidad habitual y se convierten en formas nuevas, inesperadas, cargadas de ambigüedad. Las obras que resultan de este proceso no solo desafían las categorías tradicionales del arte, sino que también están atravesadas por un sentido del humor agudo y una ironía sutil, que invitan al espectador a cuestionar las jerarquías entre lo banal y lo artístico, lo serio y lo lúdico.

Huesos y linternas, 2015.
Según el artista, todo su trabajo se construye a partir de un mundo que ya existe. "Son objetos que tenían otras funciones y que ya estaban aquí cuando llegué, pero que ahora se asocian con otros y adquieren un nuevo significado", resume. “Ellos se transforman”.