La práctica interdisciplinaria de Maria Camila Sanjinés aterriza en el Bòlit.
La artista colombiana con residencia en Olot, explora identidades, género, el desplazamiento, la diversidad, la memoria y la pertenencia, pero en el Bòlit crea a través de la tierra como material germinal donde se interroga a partir del derecho del ser humano al refugio y la necesidad ancestral de habitar un lugar protegido; la experiencia de vivir en colectivas comunitarias.

"Somos una especie que habita cuevas. No estamos hechos para dormir a la intemperie; perdimos el pelo y la piel se nos ha vuelto cada vez más fina. Los habitáculos nos protegen, nos calientan y guardan nuestros vestigios. Acumulan todo tipo de historias: escombros, sillas, materia mordeduras, cucharas, cepillos que han dedicado su existencia a limpiarnos los dientes.
Algunos de estos fragmentos se mudan con nosotros a lo largo de la vida formando una segunda piel. Otros nos cuelgan como trofeos o apéndices inútiles. Susurramos gratitud a estos refugios, a estas geografías íntimas que nos cubren. El derecho a un hogar digno, a un simple resguardo: derecho fundamental, necesidad primera, eco homínido buscando la cueva donde reponer nuestros huesos”, explica Maria Camila Sanjinés.

Un proyecto expositivo que surge de una investigación participativa desarrollada de encuentros con grupos que habitan estas grietas contemporáneas. El proyecto fue concebido como proceso integral: investigación y resultado.
El viernes 19 de septiembre, se ha programado una visita comentada a Bòlit a cargo de Maria Camila Sanjinés a las 19 de la tarde.
