Dice Eugenia Balcells que Nueva York es una ciudad de velocidad extrema, donde los cambios, al contrario que en otras geografías más pausadas, se perciben al instante. De 1980 a 1982 Balcells vivió en el último piso de un edificio del centro de Manhattan. Tenía acceso al tejado y, desde allí, a unas vistas privilegiadas de 360 º. Durante estos dos años, una cámara ubicada en un punto fijo, pero con todas las funciones posibles a su alcance, recogió recortes de la urbe. Zooms, panorámicas y cambios de lente dieron lugar a From the center, una instalación audiovisual de doce canales, doce visiones simultáneas que recogían atascos, puestas de sol, paseantes vecinos, siluetas en las ventanas.
Balcells construyó un panóptico de doce monolitos y en cada uno de ellos situó una pantalla con estas imágenes. Una gran piedra iluminada se convirtió en el centro; nos representa a nosotros, espectadores frente al mundo, también el punto equidistante desde el que nuestros ojos no ejercen jerarquías.
From the center, Eugènia Balcells (1982)
From the center es el reflejo de la voluntad de Balcells de liberar las imágenes de la pared: se convierte en escultura a la que rodear y en arquitectura que quiere transitar. Según sus palabras, es un Stonehenge electrónico cuyos monolitos señalan las horas, las puestas de sol, también los semáforos y el humo. El artista Peter Van Riper compuso el sonido y la música para estos doce canales; esta dimensión sonora es también arquitectura que modula e intensifica el espacio, que traza y modela el trayecto. Recorrer From the center se transforma en un viaje entre lo sublime y lo cotidiano, una reflexión sobre la percepción, únicamente posible desde nuestro cuerpo, pero con la capacidad de proyectarse y multiplicar paisajes. Es representación de la intimidad y del universo, del mundano y de lo espiritual, de lo fugaz y de lo eterno.
From the center, Eugènia Balcells (1982)
Desde hoy y hasta el 11 de septiembre de 2025 From the center se instalará en la Sala Oval del MNAC, y debido a su valor como pieza clave del arte contemporáneo catalán, la Generalitat la ha adquirido recientemente para la Colección Nacional de Arte Contemporáneo y forma ya parte del fondo de este museo.
La grandeza del espacio potenciará la obra y sus lecturas. Se generará un diálogo además con las pinturas románicas, núcleo de la colección del museo y símbolo de misticismo. Esta conversación entre el románico y la contemporaneidad será una herramienta más para explorar el tiempo continuo del que habla Balcells, su transitoriedad y su persistencia; la paradoja de dos épocas conviviendo en la misma época, y una reflexión sobre la función del arte. Quizá, a pesar de los siglos, la intención siga siendo la misma.
Instal·lació Des del centre. Eugènia Balcells (2025). MNAC