El Museo de Arqueología de Cataluña presenta una exposición dedicada a la cultura nurágica de Cerdeña, una de las civilizaciones más enigmáticas y menos conocidas del Mediterráneo occidental. Con más de 170 piezas procedentes de varios museos italianos, Cerdeña: la isla megalítica invita a descubrir una sociedad que floreció entre el V y el I milenio aC, dejando huellas duraderas en forma de megalitos y otras grandes construcciones de piedra.
Cerdeña, la segunda mayor isla del Mediterráneo, ha sido históricamente un punto de encuentro entre culturas. Ubicada en una posición geográfica clave, ha sido escenario de contactos e intercambios a lo largo de los siglos. Desde hace milenios, su territorio conserva estructuras arquitectónicas que no sólo definen el paisaje, sino que siguen alimentando el debate y la interpretación entre los arqueólogos contemporáneos. Los restos megalíticos, las tumbas y los santuarios excavados en la isla todavía generan interrogantes.
© Pepo Segura
La exposición se estructura en seis ámbitos temáticos que permiten entender la evolución de esa cultura a través de sus vestigios materiales. El recorrido comienza con el fenómeno del megalitismo, caracterizado por el uso de grandes bloques de piedra con fines ritualistas o funerarios, un fenómeno desarrollado de forma autónoma en varios lugares del planeta. A continuación, se presenta el mundo de los nuragos, torres ciclópeas de piedra que dominan el paisaje sardo y constituyen una de las arquitecturas más singulares del Mediterráneo antiguo. También se exploran las llamadas tumbas de los gigantes —más de 800 sepulcros colectivos identificados en toda la isla—, así como los santuarios de agua, espacios de culto vinculados a fuentes y pozos considerados sagrados.
Una sección especial se dedica a la necrópolis de Mont'e Prama, uno de los conjuntos más relevantes de la edad del hierro en Cerdeña. Descubierto en 1974 en Cabras, este yacimiento, todavía en fase de excavación, ha revelado cerca de 125 entierros, mayoritariamente de hombres jóvenes. Cerca de la zona funeraria se localizó un conjunto de estatuas de piedra de más de dos metros de altura —los conocidos gigantes— que habrían formado parte de un recorrido ceremonial. Fechadas entre los siglos X y VIII aC, estas figuras podrían representar a guerreros, antepasados venerados o bien conmemorar algún episodio destacado para la comunidad que las erigió. El MAC exhibe una de estas esculturas monumentales, el Manneddu, identificado como un posible boxeador o guerrero ritual. El último ámbito de la muestra aborda la pervivencia de la cultura nurágica más allá de su momento de máximo esplendor, poniendo el foco en la reutilización de los espacios y estructuras durante la época romana y hasta la edad media.
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La muestra reúne también una selección de objetos procedentes exclusivamente de colecciones públicas de museos sargos: estatuillas neolíticas vinculadas al culto a la diosa madre, pequeños exvotos de bronce que evocan la vida cotidiana y espiritual de la sociedad nurágica, y diversos elementos escultóricos que reflejan la sofisticación técnica.
Además, esta exposición marca un hito importante: es la primera vez que una muestra de gran formato dedicada a la cultura nurágica sale de Italia para iniciar una itinerancia internacional. Ya ha pasado por instituciones como el Museo de la Prehistoria y Protohistoria de Berlín , el Hermitage de San Petersburgo , el Museo Arqueológico de Tesalónica y el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles .
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