La Sala de Exposiciones del Centro Cultural-Librería Blanquerna de Madrid inaugura el próximo 6 de marzo una nueva propuesta artística de Joana Cera y Bernad (Barcelona, 1965), un recorrido visual marcado por su mirada personal sobre la dualidad y la inmanencia. Aunque empezó en la escultura, el artista ha explorado otras disciplinas como el vídeo, la cerámica y la instalación, creando un universo propio en el que los materiales invitan a la reflexión.
Este espíritu libre, innovador y exploratorio de Cera será el protagonista de la exposición Extremidades para unir extremos, que ofrecerá una mirada a su trayectoria. Más que una retrospectiva, se trata de una inmersión en su lenguaje artístico, caracterizado por la investigación de los límites, fronteras y conexiones entre elementos aparentemente antagónicos. Cera explora la paradoja como herramienta para revelar las contradicciones internas de los materiales y cuestionar nociones preestablecidas sobre la dualidad del mundo.
Una papallona diürna i una papallona nocturna es miren, Joana Cera i Bernad (2009)
Su proceso creativo pretende iluminar nuevas perspectivas, convirtiendo la materialidad en una ventana hacia imágenes latentes a través de la experimentación. En este contexto, Cera destaca la importancia del proceso creativo como un acto intuitivo y personal. Su obra no es sólo el resultado final, sino también el camino que recorre para llegar a él. Tal y como señala, a menudo la poética de sus piezas reside más en la concepción inicial de la idea que en el resultado final, puesto que el proceso de ejecución suele ser un momento de sorpresas y descubrimientos. Cera admite que la intuición es fruto de una escucha aguda y atenta, que hace que el trabajo no sea sólo una cuestión de azar, sino una coherencia propia de cada momento creativo, donde los materiales se unen de forma orgánica.
Aunque su obra no se inscribe dentro de un único movimiento, se puede intuir cierta influencia de las vanguardias del siglo XX, como el dadaísmo, el arte povera o el arte conceptual. Sin embargo, más allá de referentes específicos, Cera reconoce que se guía por la coherencia con la idea que quiere expresar. Como ella misma explica, aunque la puedan considerar una artista formalista por su búsqueda de la belleza, su interés no está en las cuestiones formales, sino en el concepto que los materiales le permiten transmitir. Por eso, se muestra reacio a ser etiquetada como escultora, ya que no son los materiales los que la definen, sino su capacidad para hacer emerger ideas a través de ellos.
20 dits. Enfonsar els dits dins la terra. Omplir., Joana Cera i Bernad (2015)
Esta constante dialéctica entre contrarios hace que la obra de Cera evoque ciertamente el pensamiento taoísta. De hecho, inició su andadura en la escultura con un ejemplar del Tao Te Ching. Su investigación artística ha estado siempre paralela a un profundo interés por la filosofía, la antropología y la espiritualidad, convirtiendo el arte en una vía de exploración que va más allá de la mera percepción visual para convertirse también en una indagación existencial.
Extremidades para unir extremos, que se podrá visitar hasta el mes de mayo, es, por tanto, una exploración de los interrogantes que han marcado la trayectoria de Joana Cera y una oportunidad para adentrarse en su universo personal. La muestra, que se enmarca dentro del programa Puntos de Fuga de la Fundación Vila Casas-una iniciativa que, desde 2015, lleva la obra de los artistas de la colección más allá de sus espacios expositivos habituales-, se inaugurará con la presencia del artista, la comisaria Natàlia Chocarro Bosom , el director de la Fundación Vila Casas, óvar , y la delegada del Gobierno en Madrid, Núria Marín Martínez . Mediante esta colaboración con instituciones culturales nacionales e internacionales, la fundación busca difundir y promover el arte contemporáneo catalán, y en este sentido, la presencia de Joana Cera en Madrid supone un paso más en este proceso de expansión y diálogo con nuevos públicos.
Dona de lot, Joana Cera i Bernad (2014)