La losa de travertino del Pabellón Mies van der Rohe, que formaba parte de la exposición La Preñada del artista Stella Rahola Matutes y el arquitecto Roger Paez en la galería Fuga de Barcelona, se ha convertido en el centro de un conflicto después de que los autores intentaran venderla por 28.000 euros y la Fundación.
La instalación La Prenyada se inscribe dentro de un proyecto académico de Rahola Matutes y Paez titulado Inviting Life, realizado en el marco del Máster de Arquitectura Efímera y Espacios Temporales (MEATS) de Elisava en 2023. Según explicó Rahola Matutes, el proyecto surgió de una losa. Inicialmente, no revelaron a los estudiantes de dónde provenía la pieza y su intervención en el Pabellón Mies tenía como objetivo explorar la relación entre el travertino y el agua, a través de acciones efímeras que buscaban revelar la vida que se generaba en este espacio tan emblemático. La Fundación cedió la losa con el objetivo de facilitar esta investigación y poder mostrarla en talleres, siempre bajo la condición de que la prenda quedara a disposición de la Fundación como propietaria del material. La Fundació Mies dejó claro que la losa no era propiedad de los artistas, ni podía ser comercializada sin su autorización. Esta situación, sin embargo, no fue comunicada a la galería Fuga hasta el momento de la inauguración, el pasado 22 de enero.
Instalación La Preñada en la Galería FUGA.
En ese momento, la galerista Maria Costafreda fue informada por Rahola Matutes de que la pieza no podía venderse, lo que causó su desconcierto, ya que no se planteaba que la pieza fuera propiedad de una institución pública. El mismo día, la Fundación Mies intervino, solicitando la retirada de la prenda de la venta y su devolución inmediata. Más tarde, la Fundació Mies aceptó que la pieza se mantuviera expuesta durante el tiempo estipulado por la galería, dejando claro que no se podría realizar ninguna transacción. A partir de ahí, se iniciaron conversaciones entre la galería, los artistas y la Fundación para intentar resolver la situación, pero no se llegó a ningún acuerdo satisfactorio.
Costafreda lamenta la falta de comunicación previa y critica la gestión de la situación por parte de la Fundación Mies van der Rohe. En este sentido, destaca que, como galería emergente, no tiene capacidad ni poder para negociar con las instituciones como lo harían otras galerías más establecidas, y se ha sentido en una situación de vulnerabilidad ante las acciones de artistas e instituciones. Además, resalta que la galería siempre ha trabajado para apoyar a los artistas, y que este tipo de confusiones no deberían haberse producido si la titularidad de la prenda se hubiera aclarado desde el principio. La galería Fuga quiere visibilizar estos hechos para prevenir posibles abusos en el sector y defender una gestión más equitativa y respetuosa entre todos los agentes implicados. Por lo que se refiere a los artistas, Rahola Matutes se ha mostrado discreta ante la situación, expresando sentirse “vulnerable”, pero evitando comentar los motivos para poner a la venta la losa del pabellón o su relación con la Fundación.