El mundo empresarial catalán pierde una de sus figuras más longevas y reconocidas. Julio Sorigué, referente de la construcción e impulsor de proyectos que han marcado el paisaje urbano y social del país, ha fallecido este martes a los 92 años, según ha confirmado la compañía en un comunicado.
En 1954 empezó en el sector de la construcción como empresario individual en Binéfar, donde trabajó en producción de áridos y tratamiento de asfalto. En 1968 fundó la empresa que llevaba su nombre a Lleida, inicialmente como Julio Sorigué SAU, que más tarde se convertiría en Sorigué SA en torno a los años 1980.
Más allá de su destacado papel en el mundo de la construcción, Julio Sorigué dejó una huella profunda como mecenas e impulsor de proyectos culturales y sociales. En 1985, junto con su esposa, Josefina Blasco, fundó la Fundación Sorigué, una institución con sede en Lleida que, desde entonces, ha desplegado una intensa actividad en los ámbitos cultural, educativo y social. Entre sus iniciativas destaca la gestión de un centro ocupacional dedicado a mejorar la calidad de vida y fomentar la inclusión de personas con discapacidad intelectual. Asimismo, la Fundación ha ido configurando, a lo largo de décadas, una colección de arte contemporáneo que hoy se considera una de las más relevantes y singulares de España, tanto por la calidad de las obras como por su vocación de diálogo con el territorio y el público.
Una colección con obras de artistas de enorme prestigio como Anish Kapoor, Antonio López, William Kentridge o Anselm Kiefer. Su colección, iniciada en torno al año 2000 con donaciones iniciales de pintura noucentista, ha crecido notablemente hasta incluir más de 450 obras contemporáneas que ponen el foco en la condición humana.
La Fundación mantiene una intensa actividad de préstamo de obras y colaboración con museos y centros de arte de primer nivel, tanto en España como en el extranjero. Entre sus socios habituales figuran instituciones tan reconocidas como el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, el MoMA de Nueva York, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, la Albertina de Viena, la Tate de Liverpool, el CAAC de Sevilla, Artes Santa Mónica de Barcelona, el Palazzo Fortuny de Venecia. Esta vocación de diálogo e intercambio cultural ha sido distinguida con diversos reconocimientos, entre los que destacan el Premio “A” en la Colección Corporativa de la Fundación ARCO (2025), el galardón Arte y Mecenazgo de la Fundación “la Caixa” (2015) y el premio GAC en el Coleccionismo (2017).