Resulta cada vez más familiar la inclusión, en los foros más exclusivos y elitistas de esta “nueva academia” en la que se ha convertido el arte contemporáneo, de tendencias —el llamado nuevo surrealismo o el surrealismo pop— y creadores provenientes de esferas y disciplinas —diseño, ilustración, cine, grafito, grafito. Una tendencia al alza que intenta romper las barreras artificiales entre arte y cultura popular, así como conciliar calidad y éxito comercial o público.
La trayectoria internacional de artistas ilustradores como Luis y Rómulo Royo y su presencia continuada en bienales, ferias, galerías y centros de arte de prestigio confirma que algo se está moviendo en el a veces demasiado atrofiado y autista mundo del arte. De la mano del galerista Miguel Marcos, ambos creadores presentan en las salas de la Masía Bas de Playa de Aro una muestra que, bajo el título Fantasy, confronta dos series realizadas en colaboración: Malefic Time (iniciada en 2009) y Homage to Goya (iniciada en 2023).
La primera, de un talante “más literario”, remite a su trabajo en el mundo de la ilustración y desarrolla una trama de un futuro apocalíptico que se mueve entre el ciberpunk y los relatos mitico-legendarios. Un argumento que ha inspirado un proyecto multimedia que incluye tres libros ilustrados, una novela, una versión manga, un juego de rol, esculturas y un álbum musical. Por su parte, Homage to Goya, con un carácter “más plástico”, convoca el universo pictórico, sombrío y de pesadilla, del Goya de las pinturas negras y los Caprichos.
Ambas series ejemplifican bien la maestría del trabajo de Luis y Rómulo Royo con el acrílico, el aceite y la acuarela: la precisión y minuciosidad del dibujo, las sutiles gradaciones de grises espolvoreadas con notas vivas de pigmento, las vibrantes superficies moduladas por los toques de luz y las pinz. Una pericia técnica que ponen al servicio de una figuración concreta, exacta, que, sin embargo, lejos de registrar la realidad visible, nos sumerge en un universo subterráneo de imaginación y sueño que se alimenta tanto del cómic y la ciencia ficción de los setenta y ochenta como de la tradición de la pintura interior que va del simbolismo al surrealismo.