La Fundación Vila Casas ha otorgado el premio ARCO Antoni Vila Casas a Lúa Coderch (Iquitos, 1982) en el marco de la feria de arte contemporáneo ARCO, celebrada la última semana en Madrid. Esta edición ha sido la primera en la que la institución catalana ha participado activamente, con una propuesta que incluye la adquisición de obra y una futura exposición del artista en el Museu Can Framis.
Las obras galardonadas con este premio son Nunca sabes quines son las buenas noticias y Exhausta y exuberante, dos piezas que formaban parte de la exposición Escena, presentada por Lúa Coderch en la galería Àngels Barcelona . A través de estas creaciones, el artista propone una reflexión profunda sobre el sentido de la vida y nuestra relación con todo lo que nos rodea. Ambas obras comparten una característica común: el uso del textil como medio para vehicular un mensaje personal y que está cargado de significados.
En el caso de Nunca sabes cuáles son las buenas noticias, Coderch aborda la dificultad de interpretar las buenas noticias de forma inmediata. El artista parece sugerir que, con frecuencia, la perspectiva necesaria para comprender el verdadero impacto de lo que consideramos positivo requiere tiempo y una distancia emocional que nos permita asimilarlo en profundidad. Por su parte, Exhausta y exuberante nos habla de la energía contradictoria que define la existencia, atrapada entre los extremos de la exhaustión y la exuberancia. Esta obra subraya las tensiones interiores que se manifiestan en nuestro día a día, donde la vida pasa a través de una constante dialéctica entre el desgaste y la euforia.
Nunca sabes cuales son las buenas noticias, Lúa Coderch (2024). Pol Masip / Àngels Barcelona
Ambas obras se articulan a través de una técnica "lenta y acumulativa del textil", un procedimiento que Coderch utiliza para potenciar el aspecto meditativo de su obra. Coderch transforma el textil en un medio que habla de introspección, tiempo y emociones. Las letras que dan título a las obras aparecen escritas sobre hilo de raso rosa, creando un nudo simbólico que se relaciona con el tiempo que necesita el artista para dar forma a sus ideas. Con este premio, la Fundación Vila Casas no sólo reconoce el trabajo de Coderch, sino que también pone de relieve una de las voces más interesantes del arte contemporáneo.